Tegucigalpa, Honduras
El cardenal Óscar Andrés Rodríguez lamentó ayer, en el mensaje de la homilía dominical, cómo los extorsionadores se han ensañado contra los conductores de taxis y buses.
Condenó además que los delitos del asesinato y la extorsión son de las más profundas injusticias que se pueden cometer contra el prójimo.
“En Honduras parece que estamos al revés, porque estamos lejos de vivir profundamente la alianza del bautismo, que implica una alianza de amor con Dios y, por tanto, con nuestros prójimos”, recordó el prelado.
Cuestionó que en Honduras se sigue destruyendo la vida porque no se reconoce la alianza de amor en nuestras vidas. “Hoy día hay tantas cosas que nos dan dolor”, mencionó Rodríguez, al mismo tiempo que catalogó que “es lamentable la existencia de bandas criminales que se dedican solo a matar”.
Criticó la forma en que estas bandas se han ensañado matando a los conductores de taxis y buses que “están trabajando para ganarse honradamente la vida”. “Sabemos que los motoristas de taxis y de buses se esmeran por trabajar día a día para llevar el pan de cada día a sus casas, a sus familias, a sus hijos”, dijo.
Injusticia. Es inaudito cómo “el pobre oprime al pobre” porque “el pedir una extorsión es una tremenda y de la más profundas injusticias”.
“La palabra de Dios dice que ‘ganarás el pan de cada día con el sudor de tu frente’; pero ganarse la vida con el crimen, el asesinato y la extorsión es la más profunda de las injusticias”, reiteró.
Durante las últimas semanas se ha desatado una ola de asesinatos contra los trabajadores del transporte urbano, aparentemente porque no pagan el “impuesto de guerra”.
