El presidente estadounidense George W. Bush entró este sábado en el mundo árabe durante su gira por el Oriente Medio y recibió de su anfitrión, el presidente egipcio Hosni Mubarak, una recepción mucho menos calurosa que la que encontró en Israel a principios de semana.
Bush inició dos días de conversaciones con una serie de líderes en este balneario del Mar Rojo empezando con Mubarak. Los dos sonrieron y se estrecharon la mano, pero no dijeron nada a la prensa en ese momento.
Egipto fue la primera nación árabe que hizo las paces con Israel y desde hace tiempo se le considera una mediadora clave en la disputa regional que Bush dice quiere resolver antes de dejar la presidencia en enero.
Pero los diarios oficiales egipcios recibieron a Bush con críticas mordaces. En el mundo árabe se le considera demasiado parcial en favor de Israel, y su estada de dos días en el estado judío parece reforzar esa impresión.
En un discurso ante el parlamento israelí el jueves, Bush se deshizo en elogios hacia Israel, reiteró su derecho a defenderse y sin demasiadas energías instó a sus líderes a 'tomar las duras medidas necesarias' para la paz, aunque sin mencionar pasos concretos.
Por el contrario, no visitó los territorios palestinos ni mencionó la situación palestina. Sólo los mencionó en una oración cuando dijo que el 120 aniversario de Israel, en el 2068, los vería vecinos de un estado palestino independiente.
'Bush no hace nada que no sea complacer a Israel', escribió Mursi Atala, editor de Al-Ahram, el diario central de la prensa oficial.
Un editorial de primera plana en otro medio estatal, Al-Gomhouria, describió a Bush como 'un presidente fracasado que no ofrece más que un mensaje desastroso'.
Akhbar Al-Youm publica el sábado una fotografía de Bush abrazando al primer ministro israelí Ehud Olmert bajo el título 'Amantes'.
Hubo una reacción similar en Arabia Saudí el viernes.
En declaraciones a los periodistas, Bush dijo que el modesto aumento de la producción de petróleo por Arabia Saudí es 'algo, pero no resuelve nuestro problema' del aumento desenfrenado de los precios de la gasolina.
'Tenemos que hacer algo más en casa', dijo Bush luego de una reunión con el presidente afgano Hamid Karzai.
'Uno de los aspectos interesantes de la política estadounidense es que aquellos que más claman por el aumento de la producción en Arabia Saudí son los mismos que se oponen con mayor fiereza a la exploración interna, el desarrollo de la energía nuclear y la ampliación de la capacidad de refinación', dijo Bush.