La Ceiba, Honduras.
Ahora que Guillermo Anderson se ha marchado para siempre, sus compañeros músicos buscarán conformar una banda tributo para cantar las canciones que los llevaron a escenarios internacionales.
Julián Erasmo Castillo, quien formaba parte de la percusión y era bailarín, dijo ayer que pondrán todo el empeño para que la música de Anderson siga “teniendo la misma fuerza y el reconocimiento de todos los hondureños”.
“Tenemos la cabeza llena de cosas, los músicos estamos con los planes de hacer una banda tributo de Guillermo”, dijo.
Castillo compartió el escenario con Anderson durante las giras internacionales que realizaron por varios continentes. Ayer, él y sus compañeros participaron en la despedida del artista.
Carlos Roberto Umaña San Martín, quien durante 12 años trabajó como bajista al lado de Anderson, habló del sentimiento que lo embarga con la pérdida de su amigo.
“Guillermo tenía amor por este país. La música de Guillermo es única en el mundo, es la música moderna de los hondureños que nos da una identidad nacional”, dijo Umaña.
Él, junto a Anderson, levantó la bandera de Honduras en distintos escenarios al ofrecer conciertos con la música que escribió a la vida, al amor, a la naturaleza.
Los artistas garífunas, además de exaltar la figura de Anderson por su capacidad artística, agradecen porque él impulsó y dio espacios a muchos de ellos y siempre mantuvo un vínculo con esa etnia. “Él nos dejó más que cultura, nos dejó valores. Él tomó algo pequeño e hizo algo grande”, dijo el artista conocido como Príncipe Lucas.
Joel Martínez, otro artista garífuna, destacó que “el ensamble que hizo Guillermo con la cultura garífuna fue muy importante para su carrera”.
“Como garífunas nos sentimos orgullosos por lo que él hizo. Nosotros compartimos escenarios con él”, dijo.
Martínez y otros artistas garífunas cantaron ayer el Santo Negro, una canción que evoca el sufrimiento del pueblo afrodescendiente.
“Capitán Morris, viejo lobo de aventuras, no te asusta la negrura de ese cielo amenazante, capitán Morris desafiando la tormenta, aunque los marinos sientan que esta vez va a naufragar”, cantaron los amigos de Guillermo minutos antes de depositarlo en la fosa.
Ahora que Guillermo Anderson se ha marchado para siempre, sus compañeros músicos buscarán conformar una banda tributo para cantar las canciones que los llevaron a escenarios internacionales.
Julián Erasmo Castillo, quien formaba parte de la percusión y era bailarín, dijo ayer que pondrán todo el empeño para que la música de Anderson siga “teniendo la misma fuerza y el reconocimiento de todos los hondureños”.
“Tenemos la cabeza llena de cosas, los músicos estamos con los planes de hacer una banda tributo de Guillermo”, dijo.
Castillo compartió el escenario con Anderson durante las giras internacionales que realizaron por varios continentes. Ayer, él y sus compañeros participaron en la despedida del artista.
Carlos Roberto Umaña San Martín, quien durante 12 años trabajó como bajista al lado de Anderson, habló del sentimiento que lo embarga con la pérdida de su amigo.
En las exequias también participaron artistas como Jorge Torres, Liam Rivera y otros que interpretaron las canciones escritas por el ceibeño. Fotos: Franklin Muñoz y Samuel Zelaya
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Él, junto a Anderson, levantó la bandera de Honduras en distintos escenarios al ofrecer conciertos con la música que escribió a la vida, al amor, a la naturaleza.
Los artistas garífunas, además de exaltar la figura de Anderson por su capacidad artística, agradecen porque él impulsó y dio espacios a muchos de ellos y siempre mantuvo un vínculo con esa etnia. “Él nos dejó más que cultura, nos dejó valores. Él tomó algo pequeño e hizo algo grande”, dijo el artista conocido como Príncipe Lucas.
Joel Martínez, otro artista garífuna, destacó que “el ensamble que hizo Guillermo con la cultura garífuna fue muy importante para su carrera”.
“Como garífunas nos sentimos orgullosos por lo que él hizo. Nosotros compartimos escenarios con él”, dijo.
Los artistas estuvieron hasta el último instante con la familia que decidió sepultarlo lejos de las cámaras de los medios.
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“Capitán Morris, viejo lobo de aventuras, no te asusta la negrura de ese cielo amenazante, capitán Morris desafiando la tormenta, aunque los marinos sientan que esta vez va a naufragar”, cantaron los amigos de Guillermo minutos antes de depositarlo en la fosa.