13/12/2025
02:32 PM

Arqueólogos buscan vestigios de civilización olmeca en Olancho

Iluminándose con lámparas de carburo y linternas de pilas secas en las profundidades de una oscura caverna, dos arqueólogos mexicanos, asistidos por cuatro espeleólogos, buscan en Olancho, vestigios de los olmecas, la civilización precolombina madre de la cultura mesoamericana.

Iluminándose con lámparas de carburo y linternas de pilas secas en las profundidades de una oscura caverna, dos arqueólogos mexicanos, asistidos por cuatro espeleólogos, buscan en Olancho, vestigios de los olmecas, la civilización precolombina madre de la cultura mesoamericana.

En los alrededores de la gruta, siguiendo por la orilla de los ríos Tinto y El Pataste, 260 kilómetros al este de Tegucigalpa, “ya hemos encontrado siete sitios arqueológicos de asentamientos humanos, pero hay que hacer un estudio para determinar si en verdad eran olmecas”, afirma a la AFP el arqueólogo Óscar Neil Cruz.

Neil y su colega Ranferi Juárez, quienes trabajan con el Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Ihah, tuvieron la idea de incursionar en la caverna porque en enero pasado cuatro adolescentes penetraron el túnel unos 35 metros y hallaron una estatuilla olmeca junto con unas conchas de mar talladas con figuras iconográficas.

El hallazgo de la estatua de un hombre, obeso, sentado, de 29 centímetros de alto por 17 de ancho, fabricada de una especie de jade -serpentina-, ha conducido a los expertos a formular la hipótesis de que los olmecas se extendieron desde México hasta lo que hoy es Honduras.

Los olmecas establecieron su núcleo central entre los años 1200 y 800 antes de Cristo entre los estados de Tabasco y Veracruz en México, pero se han encontrado indicios de su presencia hacia el norte de El Salvador y Guatemala.

Incluso hacia 1960 fue hallada una pieza en Costa Rica, pero se comprobó que fue transportada a ese país.

Mapa

Los olmecas fueron los primeros pobladores de Mesoamérica, zona que va desde México hasta Nicoya en Costa Rica, en organizarse como Estado, al cruzar la transición desde los cacicazgos.

En el sur de América son contemporáneos de ellos los andinos, con un área intermedia sin vínculos con ninguno de los dos bloques.

“Ocurría como en el momento actual: un tratado de libre comercio entre Norte y Centroamérica, y otros del sur”, apunta el espeleólogo italiano, Ferdinando Didona.

El experto, junto con el estadounidense Matthew Kalch, y los hondureños Jorge Yanes y Cynthia Zepeda, ayudan a los mexicanos a moverse en la caverna.

Los cuatro espeleólogos han estado elaborando un mapa de la gruta a lo largo de más de mil metros.

Los seis expertos se mueven a veces en espacios reducidos hasta de un metro de altura, donde sobrevuelan veloces murciélagos, y arrastrándose o caminando con las pies cubiertos por un arroyo de aguas claras que rompe el silencio en la gruta y que en el curso de los millones de años fue erosionando la piedra hasta formar la cueva.

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Matthew Kalch, de la Sociedad Nacional de Espeleología.

Mito

En Honduras se han registrado 15 mil sitios arqueológicos, contrario a lo que pudiera pensarse, sólo el 5 por ciento mayas.

A unos 40 kilómetros de Hato Viejo, en Talgua, fue descubierta una caverna con cientos de osamentas de una cultura precolombiana, pero falta precisar a qué cultura pertenecieron.

“Si encontramos un asentamiento olmeca aquí se estaría rompiendo todo lo descubierto hasta ahora, que ellos sólo se establecieron en México, pero tenemos que encontrar más evidencias”, afirma Juárez, quien se quedará con sus compañeros trabajando en el sitio dos semanas más.

Indicios de humanidad en Honduras

En el continente americano hay indicios de la existencia de la especie humana aproximadamente desde 18 mil años antes de Cristo, en Norteamérica.

La teoría más creíble sobre la llegada de los seres humanos a América es que saltaron desde Asia por glaciares formados en el estrecho de Bering.

En Centroamérica hay registros de la existencia humana desde el año nueve mil antes de Cristo.

En Honduras, en esa misma época, hallaron indicios en la Cueva del Gigante, en el departamento de La Paz, unos 180 kilómetros al oeste de Tegucigalpa.

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Expertos copian en sus cuadernos figuras de las piedras encontradas en las cuevas de Hato Viejo.

La población del mundo maya es muy difícil de precisar dada la dispersión geográfica en que se encontraban los distintos centros urbanos.

Los mayas desarrollaron una escritura jeroglífica con signos que representaban ideas y palabras. Esta escritura se mantuvo hasta la llegada de los españoles.

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Evidencia

Los expertos copian en sus cuadernos las figuras de las piedras encontradas en las cuevas de Hato Viejo, en Olancho.