A una semana de producirse la extradición del exgobernante hondureño Juan Orlando Hernández hacia Estados Unidos, miembros de la comunidad judía, además de sus abogados, han tenido el espacio para visitarlo en el centro de detención de Brooklyn, en Nueva York.
Las visitas que ha tenido Hernández Alvarado, además de su equipo de defensa, son los rabinos Aaron Lankry y Yosef Cohen. El primero es el rabino mayor de Honduras, mientras que el segundo fue antiguo capitán de la Armada de República Dominicana.
Según se conoció en las última horas, el expresidente dio una lista de personas que lo pueden visitar en el centro de detención, que incluye su madre, esposa, hermanos, hijos, tíos, primos y no más de 10 amigos. Cabe mencionar que la misma ex primera dama Ana García, esposa del expresidente, reveló recientemente que no le fue renovada la visa y la de sus hijos fue suspendida, por lo que intentarían solicitar una visa humanitaria para poderlo mirar durante el desarrollo del juicio.
Entre los amigos que él autorizó están funcionarios extranjeros, líderes religiosos, miembros de grupos cívicos, empleadores, patrocinadores y asesores.
El equipo legal del expresidente de Honduras ha adelantado también que presentará una oferta de fianza a las autoridades de Estados Unidos de tres millones de dólares para poder preparar su defensa en libertad.
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La defensa ha asegurado que un sector de la comunidad judía de Estados Unidos e Israel está dispuesta a abonar la fianza de tres millones de dólares que solicitarán ante el juez Stewart D. Aaron previsiblemente el próximo 10 de mayo, cuando se fijó la siguiente audiencia.
Al interior del centro de detención, el exmandatario tiene un espacio privado con acceso a una cancha de baloncesto, televisión y un lugar donde hacer ejercicio.
Hernández, de 53 años, está acusado de ayudar a introducir 500 toneladas de cocaína en Estados Unidos entre 2004 y 2022. La Fiscalía de Estados Unidos lo acusa de recibir “millones de dólares” de cárteles de la droga, entre ellos un millón de dólares del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, que cumple cadena perpetua en Estados Unidos, y de crear un “narcoestado” durante su presidencia (2014-2022).
Según la acusación, el dinero de la droga le sirvió para enriquecerse, “financiar su campaña política y cometer fraude electoral” en los comicios presidenciales de 2013 y 2017.
Se desconoce si Juan Orlando Hernández, que llegó jactarse de los elogios de Washington por la labor de su gobierno en la incautación de drogas y la lucha contra el crimen organizado, podría llegar a algún acuerdo con la Fiscalía para ver reducida su pena si es declarado culpable.
Los tres cargos que se le imputan a Juan Orlando Hernández son: conspiración para la importación de cocaína, posesión de ametralladoras y armas pesadas, conspiración para la posesión de esas ametralladoras y armas.