San Pedro Sula, Honduras.
Las cantidad de cirugías maxilofaciales que se practican en San Pedro Sula es alta, pues solo el hospital Mario Catarino Rivas practica un promedio de 60 mensuales.
En clínicas privadas, el costo de cada intervención se puede elevar a 40 mil o 70 mil lempiras y esta cirugía es gratuita en el hospital público sampedrano.
Allan Guillén, cirujano maxilofacial del Mario Rivas, manifestó que la incidencia de casos por deformaciones en la cara es bastante alta, principalmente por la violencia y el tráfico vehicular, que aumenta la cantidad de accidentes.
“Al día recibimos entre tres y cuatro personas que necesitan una intervención y los fines de semana podemos tener hasta seis diarios. No todos son de San Pedro; también recibimos muchos pacientes de la zona noroccidental”.
En las fechas festivas como Navidad, Año Nuevo y Semana Santa, la cifra se triplica porque hay mayor actividad de los ciudadanos y los accidentes son más frecuentes.
Quienes los sufren por lo general son jóvenes que han ingerido bebidas alcohólicas, manifestó el especialista.
La intervención dura entre dos y tres faciales. Al paciente se le ponen miniplacas o barras en los huesos largos de la zona facial, que pueden costar hasta 20 mil lempiras cada una.
Se utilizan tornillos para fijar las placas y unir los huesos. Estos implementos de titanio están disponibles en el Mario Rivas gracias a donaciones que vienen de Estados Unidos.
Recuperación
Luego de la cirugía, si la persona no tiene severos golpes abdominales, se le da el alta dos días después de la operación. “Esto se hace para reducir los costos del hospital. Después, el paciente viene a revisiones constantes en consulta externa”.
La cicatrización y la recuperación total tardan mes y medio. La paciente Eda Martínez relató que vino de Lempira hace tres años cuando tuvo un accidente de tránsito y fue sometida a la cirugía. “Me quebré la mandíbula y el trabajo que hicieron en el hospital fue impecable. Únicamente tengo pequeñas cicatrices bajo la quijada que solo se notan si levanto la cabeza; de lo contrario nadie se daría cuenta”, comentó Martínez.
Además de las cirugías en mandíbula y cara, esta área atiende tumores en la lengua y afecciones en labios.
Las cantidad de cirugías maxilofaciales que se practican en San Pedro Sula es alta, pues solo el hospital Mario Catarino Rivas practica un promedio de 60 mensuales.
En clínicas privadas, el costo de cada intervención se puede elevar a 40 mil o 70 mil lempiras y esta cirugía es gratuita en el hospital público sampedrano.
Allan Guillén, cirujano maxilofacial del Mario Rivas, manifestó que la incidencia de casos por deformaciones en la cara es bastante alta, principalmente por la violencia y el tráfico vehicular, que aumenta la cantidad de accidentes.
“Al día recibimos entre tres y cuatro personas que necesitan una intervención y los fines de semana podemos tener hasta seis diarios. No todos son de San Pedro; también recibimos muchos pacientes de la zona noroccidental”.
En las fechas festivas como Navidad, Año Nuevo y Semana Santa, la cifra se triplica porque hay mayor actividad de los ciudadanos y los accidentes son más frecuentes.
Quienes los sufren por lo general son jóvenes que han ingerido bebidas alcohólicas, manifestó el especialista.
La intervención dura entre dos y tres faciales. Al paciente se le ponen miniplacas o barras en los huesos largos de la zona facial, que pueden costar hasta 20 mil lempiras cada una.
Se utilizan tornillos para fijar las placas y unir los huesos. Estos implementos de titanio están disponibles en el Mario Rivas gracias a donaciones que vienen de Estados Unidos.
Recuperación
Luego de la cirugía, si la persona no tiene severos golpes abdominales, se le da el alta dos días después de la operación. “Esto se hace para reducir los costos del hospital. Después, el paciente viene a revisiones constantes en consulta externa”.
La cicatrización y la recuperación total tardan mes y medio. La paciente Eda Martínez relató que vino de Lempira hace tres años cuando tuvo un accidente de tránsito y fue sometida a la cirugía. “Me quebré la mandíbula y el trabajo que hicieron en el hospital fue impecable. Únicamente tengo pequeñas cicatrices bajo la quijada que solo se notan si levanto la cabeza; de lo contrario nadie se daría cuenta”, comentó Martínez.
Además de las cirugías en mandíbula y cara, esta área atiende tumores en la lengua y afecciones en labios.