Desde niño Nahún Escoto soñó con tocar una flauta traversa de metal, pero como no estaba a su alcance por su alto costo decidió hacer una con un tallo ahuecado o carrizo y se lanzó a dar su primer concierto.
Fue en un campamento en Tegucigalpa adonde comenzó a sacarle sonidos armoniosos al rústico instrumento, ante lo cual los asistentes comenzaron a reírse no porque tocara mal, sino al ver aquella insignificante flauta.
No había tenido éxito con la improvisada presentación, pero le permitió descubrir que tenía talento para fabricar flautas con materiales que la gente tira a la basura.
“Siempre me gustó la música de los países andinos que se toca con una flauta llamada quena fabricada de bambú, porque es más armoniosa, pero aquí no las hacen”, comentó el artista.
Dijo que después de aquella experiencia de la flauta de carrizo vio a alguien fabricando una con tubos de pvc. “Aquello me inquietó mucho y pensé: yo también la puedo hacer”.
No solamente hizo el instrumento sino que le agregó hasta el grifo que usan las tuberías de pvc para sacarle más sonidos. “Comencé a usar tubería de diferentes diámetros al darme cuenta que esto tenía que ver con los sonidos, entre más delgado el tubo, más agudo el sonido”.
Escoto está convencido que la música se trae en la sangre porque su padre era guitarrista y tocaba la flauta dulce y aunque no le enseñó nada, él sigue la misma trayectoria con el agregado que también fabrica los instrumentos.
A los 21 años tenía 21 modelos de flautas de pvc algunas con sus respectivos codos que les dan un aspecto tipo saxofón.
Muchas personas que lo ven tocando y presentando sus instrumentos en los aeropuertos de San Pedro Sula y Tegucigalpa; creen que es extranjero porque no conciben que un hondureño tenga tanto talento.
Él responde diciendo que se siente orgulloso de haber nacido en una comunidad de El Porvenir, Francisco Morazán, llamada Agua Caliente adonde dio sus primeros pasos como flautista.
Escoto también le saca música a otros instrumentos que fabrica de diferentes materiales y objetos, como envases de refrescos y vasos.
“La gente está acostumbrada a ver a alguien tocando una flauta, pero cuando me ven que saco una botella con agua o un huacal y me pongo a tocar, se detienen para tomarme fotos”, comenta.
“Sin embargo, yo no quiero que me vean como un artesano, sino como un artista”.
Estuvo en España
Su arte lo llevó a España adonde vivió tres años dando conciertos en escuelas y lugares públicos con aquellos instrumentos hechos de materiales reciclables. “Recogía o pedía pedazos de tubo o de madera que la gente no necesitaba, para hacer mis instrumentos”. Incluso hizo dos flautas usando tubería de cobre para calefacción y para el gas que usan las estufas, manifestó.
“Me llevé para España diez instrumentos y ahora mi escenario es de más de cuarenta, aunque he llegado a modelar 70”, expresó.
Escoto ha creado su propia música con sus instrumentos, la que ha grabado sin tener que ir a un estudio. “Cuando la gente la escucha no se imagina que la grabé en mi casa con una computadora y un micrófono”.
Informó que tiene dos producciones musicales que han sido un éxito completo, donde incluye melodías en cada una de las cuales suenan dos y tres instrumentos.
Se siente orgulloso de haber salido adelante con sus propios esfuerzos y recursos. “Yo solo me patrocino. Solamente Aeropuertos de Honduras me ha apoyado al darme un lugar adonde presentar mi escenario de instrumentos”. El sueño de tener una flauta traversa de metal nunca se le hizo realidad a Escoto, pero ya no la necesita porque al fin y al cabo se hizo flautista con sus propios instrumentos.
