TEGUCIGALPA.
No obstante, “no existe ningún acuerdo para que se aprueben después de las internas”, afirmó el candidato a designado presidencial yanista
Juan Carlos Elvir, miembro de la comisión de dictamen.
La oposición no tiene un criterio uniformado respecto a cuándo debe aprobarse la nueva Ley Electoral porque unos consideran que los puntos sensibles se pueden dejar para después de las primarias y avanzar desde ya con el resto.
Para después del 14 de marzo quedaría pendiente la forma de integrar las juntas receptoras de votos (JRV) y la deuda política a los partidos emergentes, según Arístides Mejía, del Movimiento Liberal Yanista.
A su criterio es preferible que con los nuevos liderazgos que surjan de los comicios de marzo se retomen los aspectos sensibles del cuerpo jurídico.
El presidente del Congreso Nacional y líder de la corriente Juntos Podemos del Partido Nacional, Mauricio Oliva, reveló que “la oposición (sin precisar quién) pidió aprobar la nueva Ley Electoral hasta después de elecciones internas”.
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El Consejo Nacional Electoral (CNE) será riguroso con las medidas de bioseguridad durante las elecciones primarias. Por ello se destinarán entre L25 y 30 millones en la compra de insumos.
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Entretanto, el expresidente Manuel Zelaya, coordinador del Partido Libertad y Refundación (Libre), dijo que su partido está listo para aprobar la ley “desde hace un año”. Pero “aunque quiera Oliva no pasa porque sin los votos de los sin cabeza (diputados leales a Nasry Asfura) no ajustan los votos”.
Su hermano y coordinador de la bancada, Carlos Zelaya, declaró que el partido de Gobierno “se niega a cumplir la palabra empeñada y a respetar el dictamen aprobado”. El Partido Nacional demanda que los suplentes de los partidos emergentes deben formar parte de la directiva de la mesa en los cargos de presidente, secretario y escrutador, lo cual es rechazado por Libre y el Partido Liberal.
El presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), Luis Zelaya, consideró “una irresponsabilidad” aprobar la Ley Electoral dos meses antes de las primarias cuando debió discutirse hace mucho tiempo.
