La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), declaró recientemente que la píldora anticonceptiva oral se clasifica como “cancerígena para los humanos” por su relación con el cáncer cervicouterino. No obstante, especialistas pidieron no alarmarse, debido a que el riesgo depende del tiempo de uso y existen beneficios comprobados en la prevención de otros tipos de cáncer.
La OMS anunció que la píldora anticonceptiva oral fue incluida en el Grupo 1 de agentes cancerígenos, categoría que se asigna a sustancias con evidencia suficiente de causar cáncer en humanos. El comunicado se basó en un análisis de la IARC que revisó datos de ocho países, entre ellos Brasil, Perú, Colombia y España.
La investigación encontró que las mujeres que consumen la píldora durante más de cinco años presentan hasta tres veces más riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino. Este hallazgo fue considerado la primera evidencia sólida que vincula directamente el uso prolongado del anticonceptivo con este tipo de cáncer.
Sin embargo, la OMS aclaró que el riesgo no es inmediato ni generalizado. La duración del consumo es el factor clave, y se enfatizó que el uso a corto plazo no representa el mismo nivel de peligro.
Expertos en salud pública pidieron evitar alarmas, al recordar que la píldora anticonceptiva también ofrece beneficios médicos importantes, entre ellos la reducción del riesgo de cáncer de ovario y endometrio.
El anuncio generó un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación. Mientras algunas personas expresaron preocupación por la seguridad del anticonceptivo, otras señalaron que la información debe interpretarse en contexto y acompañarse de educación sexual.
La OMS subrayó que la píldora sigue siendo un método eficaz de planificación familiar y que su uso debe evaluarse junto con un médico, considerando factores individuales como historial clínico y edad.
El estudio que sustentó la clasificación analizó más de ocho investigaciones internacionales y encontró patrones consistentes en mujeres con uso prolongado del anticonceptivo. También destacó que el riesgo disminuye al suspender el consumo.
Organizaciones médicas recordaron que el cáncer cervicouterino está fuertemente asociado al virus del papiloma humano (VPH), por lo que la píldora no es el único factor de riesgo. La vacunación y los chequeos regulares continúan siendo las principales medidas preventivas.
En países como México y Colombia, especialistas en ginecología señalaron que la noticia debe reforzar la importancia de la consulta médica periódica y no motivar el abandono abrupto del método anticonceptivo.
La clasificación de la píldora como cancerígena se suma a otros agentes ya reconocidos por la OMS, como el tabaco y el alcohol. Sin embargo, expertos insistieron en que el nivel de riesgo es distinto y depende de múltiples variables.
El comunicado también generó reacciones en la industria farmacéutica, que aseguró estar dispuesta a colaborar en más estudios y campañas informativas para evitar que la noticia derive en desinformación o preocupación injustificada.
La declaración de la OMS marca un hito en la investigación sobre anticonceptivos, pero no implica que la píldora deba dejar de usarse de inmediato. El mensaje central es claro: informarse, consultar a especialistas y tomar decisiones responsables son las claves para equilibrar los riesgos y beneficios de este método.