Estudiante de medicina destaca por su talento en Latinoamérica

Fredys Guillermo Chávez Menjívar es un progreseño de 31 años, cuyo talento y pasión por la medicina lo han llevado a poner en alto el nombre de Honduras en países como Colombia, Bolivia, México y Perú.

Desde temprana edad, Fredys ya sabía que al crecer quería ser un médico respetado, que contribuyera al desarrollo de su país, pese a las múltiples limitantes que lo rodeaban en La Guacamaya, aldea donde creció con su madre y su abuela.

Con nostalgia recordó que pasó los primeros años de su vida en una pequeña casa de tierra, propiedad de su tía, donde veía a su madre trabajar como modista para poder enviarlo a la escuela.

Con mucho esfuerzo, el progreseño cursó sexto grado en la escuela Pilar Martínez y egresó de secundaria en el instituto Roberto Micheletti Bain en 2009, donde destacó por sus calificaciones.

En primer año de bachillerato, Chávez, con el apoyo de su mamá, Agustina Menjívar, logró obtener un mototaxi a crédito, para trabajar en las tardes y contribuir con los gastos del hogar.

Tras graduarse, el joven trabajó dos años para reunir dinero y comenzar a estudiar medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs) en 2011.

Al ingresar a la universidad, decidió vender el mototaxi para abrir una pequeña ferretería en su aldea y generar ingresos. No obstante, dos periodos académicos después, se vio obligado a frenar sus estudios, debido a las constantes huelgas en el campus.

Preocupado por su futuro, uno de sus tíos se ofreció a pagar sus estudios en la Universidad Católica de Honduras (Unicah), a la que ingresó en 2012 y donde descubrió el fascinante mundo de las técnicas anatómicas.

En segundo año de Medicina, Chávez asistió a una charla sobre la plastinación, impartida por otro destacado estudiante de la Unicah, Héctor Ramos.

Ramos había plastinado el primer corazón de Centroamérica, proceso que consiste en extraer los líquidos corporales por medio de solventes como la acetona fría, para luego sustituirlos por resinas elásticas de silicona y rígidos de epóxicas, para preservar los órganos, esto con fines académicos y de investigación.

Fascinado por lo aprendido en la charla, Chávez decidió plastinar un corazón de cerdo, con recursos que tenía a su alcance y una cámara de vacío que improvisó en el patio de su casa. Como resultado obtuvo el segundo corazón plastinado de la región.

No obstante, la alegría del joven fue opacada por la noticia de que su tío no podría seguir pagando sus estudios, debido a dificultades financieras.

Desde entonces, Fredys estudia solo un periodo al año, ya que el resto de los meses trabaja para reunir el dinero necesario para pagar sus gastos universitarios, puesto que durante años ha tocado puertas en busca de apoyo, pero no ha tenido éxito.

Pese a ser un estudiante intermitente, que cursa su quinto año de medicina, el joven no ha desmayado, ha seguido trabajado en su ferretería, también ha sido asistente voluntario de algunos doctores para aprender de ellos y ha continuado investigando.

En entrevista con Mi Finde, Chávez Menjívar compartió que en 2017 comenzó a experimentar en casa con inyección corrosión, una técnica anatómica usada para visualizar ramificaciones y caminos del sistema circulatorio.

Meses después, recibió respuesta por parte de la Universidad de Antioquía, en Medellín Colombia, donde lo invitaron a un diplomado en plastinación y otras técnicas anatómicas. Fredys viajó a Colombia con el apoyo de la Unicah y recursos propios. Durante el diplomado destacó por sus habilidades, superando incluso a médicos de renombre en la región.

Aquí también aprendió sobre la diafanización, tinción cefálica y osteotecnia. En 2018 fue invitado a un curso en anatomía de corteza cerebral y disección de fibras blancas, donde su trabajo sobresalió entre los tres mejores del curso.

Ese mismo año, la Asociación Boliviana de Anatomía lo invitó como conferencista al primer curso nacional de “Técnicas alternativas al formol en la conservación de piezas anatómicas”.

El joven compartió que este ha sido “uno de los momentos más importantes de su vida”, pues a sus 25 años tuvo la oportunidad de estar frente a médicos con más de 30 años de experiencia, enseñándoles sobre técnicas de conservación anatómica.

En mayo de 2022, viajó a México para participar como profesor invitado en el quinto curso de “Conservación y otras técnicas de preservación anatómica” en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).

Cinco meses después, formó parte del panel de expertos del Congreso Nacional de Anatomía, que se llevó a cabo en Puebla, México, hasta donde viajó en su motocicleta, debido a que no contaba con recursos para pagarse un boleto aéreo.

Durante ese congreso le hicieron varias ofertas de trabajo, pero no se lograron concretar debido a que, por factores económicos, no ha podido culminar sus estudios.

Fredys lamentó que ha recibido más apoyo en países extranjeros que en el que lo vio nacer. Contó que cuando ha publicado alguno de sus logros, varios políticos, médicos y empresarios han manifestado interés en apoyarlo, pero cuando les devolvió la llamada “nunca contestaron”.

En la actualidad, Fredys trabaja en su ferretería y practica la osteotecnia y diafanización en un laboratorio que montó en casa, usando animales que encuentra muertos en la calle y material que le proveen hospitales.

También creó un pequeño emprendimiento llamado Origen, donde elabora joyería, montajes de animales usando osteotecnia, accesorios personalizados y souvenirs como este alevín diafanizado que se vende en el acuario de Tela, Atlántida.

Contacto de Origen: +504 9545-6633.

En cuanto a sus planes, dijo que sueña con terminar la universidad, encontrar trabajo, sacar una especialidad en cirugía reconstructiva, seguir investigando y quedarse en su país, para demostrar que Honduras también puede ser líder en innovación médica. Además, sueña con abrir el primer laboratorio en técnicas anatómicas de Centro América. Para este último proyecto abrió una cuenta de Gofundme.