“Los cohetes comenzaron a volar sobre nuestras cabezas”

May Hayat es una de las sobrevivientes del festival de música electrónica Nova en Israel.

May Hayat relató el horror que vivió al ataque de las tropas de Hamás en el festival de música del festival Tribe of Nova.

La joven dijo en una entrevista a la periodista Caroline Downey, de National Review, que fue a trabajar con su novia Liron al bar de la fiesta de Nova, toda la noche y la mañana estuvimos juntas. “Nos divertimos mucho. Hubo un hermoso amanecer y nos acercamos a nuestro remolque para tomar un café y descansar”

La madrugada del sábado, mientras unos 3,000 jóvenes israelíes bailaban al ritmo de música electrónica en un festival en el desierto, cuando milicianos de Hamás llegados desde Gaza irrumpieron armados hasta los dientes, masacraron a 260 personas y secuestraron a varios más, en el que es el episodio más sangriento de esta nueva guerra.

El evento tuvo lugar a en las afueras del kibbutz Reim, ubicado a menos de diez kilómetros de la valla de separación que atravesaron cientos de milicianos del movimiento islamista Hamás.

“Entonces comenzó la pesadilla: los cohetes comenzaron a volar sobre nuestras cabezas”, dijo May Hayat.

“La música se detuvo y esperamos a que la situación se calmara para poder irnos a casa. De repente, recibo una llamada telefónica de una amiga que dice que ella y todos los que han empezado a conducir de vuelta a casa desde la fiesta fueron atacados a disparos”, relató.

“Corrí hacia los oficiales de policía más cercanos a mí para pedirles que fueran y reforzaran a la gente en los vehículos, pero luego nos dimos cuenta de la cantidad de terroristas en nuestra área y que estaban muy cerca de nosotros. Hubo un gran caos”, contó.

“Fuimos a escondernos en la sala de mando de la policía y todos nos agachamos en el suelo. Algunas personas lloraban, otras gritaban, otras tuvieron ataques de ansiedad y otras estaban completamente en silencio”, relató.

May Hayat dijo que arazó a todos los que lloraban y no podían recuperar el aliento.

“Liron ayudó a los heridos mientras estábamos bajo ataque. El ruido de los disparos comenzó a acercarse, los policías se pararon en la puerta listos con sus armas y se miraron con una mirada asustada y gritaron “¡tormenta!””, recordó.

“Se volvieron hacia nosotros justo antes de salir de la habitación y nos dijeron que “riéramos y rezáramos”. Salieron y les dispararon uno tras otro. Los terroristas dispararon ráfagas de armas contra la habitación y por un momento hubo un silencio impactante. Salimos de la habitación corriendo hacia el campo de batalla, y mientras yo corría me di la vuelta y vi a Liron”, narró.

“Ella se quedó allí y no vino con nosotros. Hicimos todo lo posible y corrimos lo más rápido posible hasta que llegamos a una ambulancia y nos escondimos detrás de ella. Los disparos vinieron de todas las direcciones”, narró.

“A nuestra derecha, a nuestra izquierda, detrás y delante de nosotros. Vi a alguien gritándonos: “Ven aquí, es más seguro”. Corrí hacia él, nadie vino conmigo. Él y yo continuamos corriendo juntos hasta que vimos un vehículo que se nos acercaba”, contó.

Siguió diciendo que “fue uno de los miembros del festival el que nos ofreció subirnos a su coche e intentar escapar con él. Nos subimos a su coche y tan pronto como empezó a conducir, el terrorista empezó a dispararnos”.

“Hicimos un cambio de dirección y condujimos hacia el otro lado y también nos dispararon allí. Regresamos al lugar donde estábamos al principio y de repente la rueda del coche se quedó atascada en la arena mientras todavía estábamos bajo fuego. Nos quedamos sin el coche hasta que notamos un agujero en el suelo”

“Entramos, nos tomamos de la mano y oramos. Solo nosotros dos, el tipo que conducía el coche desapareció. Le dije: “¿Conoces las historias del Holocausto en las que la gente fingió estar muerta para que no se diera cuenta? Esto es lo que nos va a pasar. Nos cubrimos con arena y estuvimos en silencio durante aproximadamente una hora hasta que empezamos a escuchar pasos que venían hacia nosotros y oramos por un milagro. Nos encontraron. 8 terroristas frente a nosotros”

“Cerré los ojos con fuerza porque estaba seguro de que nos iban a disparar, pero luego nos agarraron y nos tiraron del suelo. Se llevaron nuestros teléfonos y todo lo que teníamos en los bolsillos”

Anunciaron en su walkie-talkie: “Tenemos 2 secuestrados más”.

“Uno de los terroristas empezó a hablarme en árabe y le dije que no lo entendía. No grité, no me volví loco, me volví apática. Me puso su chaqueta mientras el resto de ellos me miraban como si fuera un pedazo de carne porque llevaba una camiseta sin mangas”

“Con una mano sostenía mi mano, y en la otra mano sostenía un misil. Empezamos a caminar y vi que estaban buscando en el suelo cosas como cigarrillos y bebidas. Así que les ayudé. No quería resistirme”