Batalla campal en Donetsk tras masacre de soldados rusos en Año Nuevo

Kiev y Moscú continúan batallando por tierra y aire, donde cada una de las partes pone diariamente a prueba las fuerzas antiaéreas del enemigo, mientras crecen las críticas al mando ruso por no prevenir el letal ataque de Ucrania contra una gran concentración de tropas en la localidad oriental de Makiivka.

Según el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, Rusia no escatimará fuerzas para dar un vuelco a la situación en el frente, donde ha sufrido varios reveses en los últimos meses y tras la ira desatada en el país por la muerte de casi un centenar de soldados rusos en un bombardeo ucraniano.

El bombardeo se produjo el pasado 31 de diciembre en la localidad de Makéyevka, en un territorio ocupado desde larga data por Moscú, al este de Donetsk, uno de los bastiones que controlan los separatistas prorrusos que luchan contra Kiev en el conflicto que comenzó en 2014.

El portavoz del ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, indicó que cuatro misiles golpearon “un centro de despliegue temporal” del ejército ruso. El funcionario indicó que otros dos cohetes fueron derribados.

Una fuente de las autoridades separatistas locales explicó a la agencia rusa TASS que este bombardeo se produjo debido a que muchos militares utilizaron sus teléfonos móviles, lo que permitió que fueran geolocalizados por los ucranianos.

El Departamento de Comunicaciones Estratégicas del Ejército Ucraniano informó en Telegram un balance de más de 400 muertos y 300 heridos.

El teniente general ruso Serguéi Sevriukov informó que Rusia destruyó el sistema ucraniano de lanzamiento múltiple de cohetes utilizado en el ataque a Makéyevka.

“No tenemos ni la menor duda de que los actuales amos de Rusia van a arrojarnos todo lo que puedan reunir, todo lo que les queda, para tratar de cambiar el rumbo de la guerra o, al menos, retrasar su derrota”, dijo el líder ucraniano tras conversaciones telefónicas con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el británico, Rishi Sunak, el neerlandés, Mark Rutte, y el noruego, Jonas Gahr Store.

En tanto, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, afirmó hoy que los preparativos para la entrega a Kiev de los sistemas de defensa antiaérea Patriot ya han comenzado.

Los Patriot, que Rusia considera un objetivo legítimo para ser aniquilado, son capaces de interceptar y destruir misiles balísticos y se convertirán en el arma más sofisticada entregada hasta ahora a Kiev por parte de Occidente.