El asesinato de una modelo venezolana habría desatado la masacre de siete reos, que fueron decapitados en una prisión al oeste de Guatemala, según apuntaron este jueves las versiones preliminares sobre el crimen.
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El director del Sistema Penitenciario, Luis Rodolfo Escobar, explicó a periodistas en la mañana de este jueves que supuestamente el asesinato de la mujer venezolana, identificada como Anahis del Carmen Gambin Méndez, de 30 años, fue el desencadenante de la masacre que se produjo este miércoles.
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'La víctima era esposa de uno de los privados de libertad del penal', detalló el funcionario.
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Gambin Méndez fue acribillada a tiros cuando se conducía en su automóvil en el centro de Quetzaltenango horas antes del motín en la prisión.
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De acuerdo con medios locales, la venezolana era la pareja sentimental de Carlos León Barillas, quien guarda prisión en Cantel por homicidio.
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El director del Sistema Penitenciario expresó que la masacre tuvo lugar tras 'un momento de ira' por parte de algunos reos bajo órdenes de León Barillas 'cuando se enteraron del fallecimiento de la persona que se encontraba en el centro de Quetzaltenango', es decir del asesinato de Gambin Méndez.
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Carlos León Barillas es, según medios locales, nieto del narcotraficante Juan José León Ardón, quien tenía vínculos con el Cartel del Golfo y fue asesinado en 2008.
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Los reos fueron decapitados en la tarde del miércoles en la Granja Modelo de Rehabilitación del municipio de Cantel, en el departamento de Quetzaltenango, unos 200 kilómetros al oeste de la Ciudad de Guatemala.
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Los reos decapitados de acuerdo con al Sistema Penitenciario son Edvin Guerra Piña, Melvin Cabrera Molina, Víctor Ventura Isem, Adrián García Fuentes, Manuel Sosa Matul, Édgar Márquez Siguenza y Melvin Hernández.
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Guerra Piña y Ventura Isem estaban en prisión por homicidio, mientras el resto de reos asesinados se encontraban privados de la libertad por diversos motivos como extorsión, asociación ilícita y secuestro, entre otros delitos.
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La matanza se registró en uno de los patios del penal, donde habitan en condición de hacinamiento 2.252 reos (más del 200 % por encima de la capacidad del lugar), con un saldo confirmado de siete muertos.