Los hospitales de Texas comenzaron a instalar carpas tras el repunte de hospitalizaciones por la variante delta del Covid-19, mientras aumenta la tensión entre las autoridades sanitarias por el regreso a clase de los menores, duramente golpeados por esta nueva ola de la pandemia.
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El hospital Lyndon B. Johnson de Houston informó que tiene su unidad de cuidados intensivos completamente llena y se prepara para atender a nuevos pacientes covid en una tienda de campaña en las afueras del centro.
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Los hospitales de Rockwall y Greenville, en Dallas, también instalaron carpas ante el repunte de contagios por la nueva variante que asola gran parte del sur de Estados Unidos.
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En general, los contagios y hospitalizaciones en EE.UU. están en su punto álgido desde el pasado febrero debido a la expansión de la variante delta, prevalente en el país, con un aumento del 33,7 % en los casos y del 40 % en los ingresos hospitalarios en la última semana, según datos oficiales.
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Eso supone que hay el doble de contagios que hace un año, cuando comenzó el curso escolar en muchos casos de forma remota, y el 19 % de los casos corresponde a menores, según datos de finales de julio de AAP.
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El regreso a clases esta semana no hace sino incrementar las alarmas en todo el país. Uno de cada cuatro alumnos estadounidenses volvió a la escuela, en muchos casos por primera vez en persona desde el comienzo de la pandemia, en un clima de nerviosismo y preocupación por la propagación de la variante delta en Estados Unidos.
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Aunque todavía no hay pruebas de que esa variante genere casos más graves entre los menores, lo cierto es que los contagios entre niños y adolescentes se están disparando en varios estados con casi 94.000 nuevos casos detectados la semana pasada, según datos de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP).
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El total de nuevos casos diarios llegó a 118.000, su nivel más alto desde febrero, mientras las muertes aumentaron 89% en las últimas dos semanas a pesar de que en el mundo están disminuyendo levemente.
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Además, los hospitales infantiles en estados como Florida se ven 'abrumados' a medida que los jóvenes son cada vez más afectados.
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Millones de personas, especialmente en estos estados de mayoría conservadora, son escépticas a la vacuna pese a informes científicos que confirman la seguridad de las mismas.
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Las vacunas aprobadas en Estados Unidos solo están autorizadas para su uso en mayores de 12 años, lo que preocupa a muchos padres, especialmente en las ciudades y territorios cuyos líderes se resisten a ordenar el uso obligatorio de mascarillas en las escuelas.
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Siete estados del país han prohibido de hecho que se impongan mandatos de mascarillas en las escuelas, una medida que ha generado una fuerte resistencia en el caso de dos de los territorios con más contagios: Florida y Texas.