Fuertes disturbios en La Paz dejaron tres personas muertas y otras treinta heridas este martes en enfrentamientos de seguidores de Evo Morales con militares y policías en una refinería, informó una fuente oficial.
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Los disturbios ocurren un día antes de que la OEA discuta una resolución para que Bolivia llame con urgencia a elecciones.
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Los enfrentamientos, que tuvieron lugar en medio de la crisis tras la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, se registraron durante un operativo de las fuerzas de seguridad para facilitar la salida de camiones cisterna para abastecer de combustible a la vecina ciudad de La Paz, según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
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las Fuerzas Armadas bolivianas indicaron en un comunicado que 'agitadores y vándalos enardecidos' atacaron y destruyeron parcialmente la planta de hidrocarburos de Senkata, en El Alto, ciudad vecina a La Paz, 'utilizando explosivos de alto poder'.
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Poco antes el ejército y la policía había intervenido para despejar el acceso a la distribuidora de combustible, ocupada desde el jueves pasado por manifestantes leales a Morales, lo que casi paralizó el transporte público y privado en La Paz y afectó la distribución de alimentos.
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Al menos 30 personas resultaron heridas en los violentos enfrentamientos, indicó la Defensoría del Pueblo.
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Partidarios de Morales exigen el regreso del ex mandatario al país con violentas protestas en La Paz y otras grandes ciudades de Bolivia.
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Las víctimas de los enfrentamientos de este martes habrían fallecido por impacto de bala.
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Desde su exilio en México, Morales denunció 'que el gobierno de facto al estilo de dictaduras militares nuevamente mata a mis hermanos de El Alto que resisten pacíficamente el golpismo y luchan en defensa de la vida y la democracia'.
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Apoyados por carros blindados y helicópteros, una fuerza combinada de policías y militares luego escoltaron un convoy de carros cisternas desde el interior de la planta, según imágenes distribuidas en redes sociales.
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Además de la violencia, la capital boliviana también enfrenta escasez de alimentos. Las autoridades locales coordinan con las fuerzas armadas para la distribución de comida, como carnes de pollo y vacuno.
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Los ciudadanos tampoco tienen gas y la gasolina está empezando a llegar a cuenta gota a la ciudad escoltada por los militares y policías.