No importa su edad o qué tan complicada esté su situación económica. Siempre hay una salida a las deudas y nunca es demasiado tarde para empezar a planear el futuro.
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Tomar el tiempo para hacer un presupuesto es el primer paso para ayudar a identificar los ingresos y gastos mensuales. Compártalo con su familia para que ellos estén entendidos del objetivo y apoyen.
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Conocer cuánto es su nivel de endeudamiento servirá para reconocer qué tan complejo será el proceso y también permitirá establecer las metas intermedias antes de la culminación del proyecto.
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Una vez conocida la situación real, hay que ajustar el cinturón e identificar las oportunidades de ahorro, ojalá sean lo más reales posibles. Tenga en cuenta que el apretón solo será por un tiempo mientras el panorama se soluciona.
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Determine y trate de mantener, o en el mejor caso reducir, los llamados gastos básicos o fijos como arriendo, comida, teléfono, electricidad y transporte. Es necesario que todos sean pagados mes a mes y son variables. Tenga en cuenta también los gastos opcionales como entretenimiento y vacaciones.
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Llevar un registro ordenado sobre el dinero que entra (ingresos) y el que sale (gastos) durante algunos meses le permitirá ir ajustando las metas, hacerlas más reales, encontrar nuevas soluciones y adelantarse a otros compromisos futuros.
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Observe dónde está gastando más o menos de lo que había presupuestado y tómelo en cuenta para el mes siguiente. Tenga disciplina para lograr las metas pequeñas. Si es necesario hable con sus bancos o acreedores para ver si hay oportunidades que le beneficien.
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Una vez que sepa en qué está gastando, podrá incluir el tema del ahorro. Lo ideal es que no sea inferior al diez por ciento de los ingresos, pero puede empezar poco a poco hasta lograr alcanzar o superar ese porcentaje.
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Al poner en práctica los pasos básicos para mantener un presupuesto, podrá identificar cómo puede empezar a ahorrar y así enfrentar necesidades futuras, como la educación de los hijos, la jubilación o unas vacaciones.
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Establezca metas para asuntos como educación, comprar un automóvil nuevo o la jubilación.