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Una amistad peligrosa

  • 05 enero 2010 /

Con frecuencia, las personas que se ven todos los días en su trabajo terminan siendo grandes amigos. Pero esa amistad puede ser afectada por una cantidad de cosas y lo más aconsejable es no entablar relaciones tan estrechas.

    Con frecuencia, las personas que se ven todos los días en su trabajo terminan siendo grandes amigos. Pero esa amistad puede ser afectada por una cantidad de cosas y lo más aconsejable es no entablar relaciones tan estrechas.

    ¿Cómo se hace para encontrar el equilibrio justo?
    Aquí algunos consejos.

    Saber cuáles son las prioridades
    Hay que mantener la perspectiva: Todos empleados de una firma, no amigos. Y a algunos jefes no les gusta que haya relaciones muy estrechas entre empleados.

    Lo peor que le puede pasar a uno es no ser promovido porque se lo considera demasiado sociable, alguien que habla más de lo que trabaja. O porque deja que la amistad interfiera con el trabajo.

    Por ejemplo, al no reportar una falla de un compañero porque es amigo. “El trabajo es el trabajo. Nos contratan para cumplir una tarea. Nunca hay que olvidarse de eso”, expresó Janie Fritz, profesora de comunicaciones de la Duquesne University.

    Agregó que las amistades son bienvenidas, e incluso deseables, siempre y cuando no interfieran con el trabajo.

    Sea selectivo
    Hay que saber elegir los amigos. Las amistades que uno hace en el trabajo pueden incidir en la impresión que se hace de usted su jefe. Si su amigo no rinde o tiene algún problema, a usted podrían mirarlo con otros ojos. Y si se pelea con su amigo y éste es vengativo, puede comenzar a diseminar rumores falsos y a crear situaciones incómodas.

    Además, hay que asegurarse de que los amigos saben guardar los secretos y de que no tienen intenciones ocultas.
    También debe de asegurarse que esa persona se ha acercado a usted por una amistad sincera o no por su puesto o los contactos que tiene.

    Cierre la boca
    Uno de los problemas más comunes relacionados con las amistades laborales, según Fritz, es cuando una persona cuenta más de lo debido sobre su vida personal.

    “Somos humanos y tendemos a buscar contacto con otros, pero a veces nos olvidamos lo que es dominio público y lo que es dominio privado”, indicó.

    Las confesiones personales hay que hacerlas fuera de la oficina. Si algún compañero no le gusta, no se lo diga a nadie. Si empieza a hablar mal de esa persona, puede meterse en líos.

    La era tecnológica

    Fritz recomienda que uno no acepte como amigo en su página de Facebook o Twitter a compañeros de trabajo, y menos a los jefes.
    “Nunca se sabe si van a divulgar información privada”, expresó.

    Si lo hace, asegúrese de que los compañeros de trabajo no tienen acceso a información que puede ser comprometedora. Otra opción, mantenga dos páginas de Facebook, una para los amigos personales y otra para los de la oficina.En la era de YouTube, es particularmente importante que uno sepa en quién puede confiar.

    Si uno va a una fiesta y comete algún exceso, por ejemplo, cualquier video puede terminar en las manos equivocadas, incluidas las de su jefe.

    ¿Problemas a la vista?

    A menudo las relaciones personales se complican y las amistades se deterioran.
    Fritz recomienda “tomar distancia” en estos casos. Esto implica pasar menos tiempo con la otra persona y hablar únicamente de cosas del trabajo.

    Cambio de jerarquías
    ¿Qué pasa si uno recibe una promoción, o si alguien tiene problemas con los jefes? Si dos amigos quedan en distintos niveles, la amistad es secundaria. Si alguien termina siendo jefe de un amigo, y debe evaluar su desempeño y asignarle tareas, puede resentirse la relación. Un amigo puede esperar trato preferencial, lo que comprometería la estabilidad laboral de ambos.

    La amistad sobrevivirá sólo si ambos deciden no mezclar la relación personal con la relación laboral. Y es muy difícil no hacerlo.

    Uno no puede jugarse por un amigo si se expone a ser despedido. En todo caso, debe decidir qué es más importante, si el trabajo o la amistad. Si un amigo es despedido, déle su apoyo y solidaridad, pero no permita que le exprese quejas del trabajo.
    Trate de orientarlo y ofrézcale los contactos profesionales que usted pueda tener, pero no haga nada que comprometa su trabajo.