El príncipe Naruhito de Japón ha vuelto a sacar la cara por su esposa. Ha mostrado al mundo por enésima vez su apoyo incondicional a la princesa Masako y que sus promesas matrimoniales son firmes.
Lo son en la salud y en la enfermedad, como por supuesto en privado y, especialmente, en público. Pese a quien pese.
Así, antes de emprender su viaje de esta semana a Vietnam y en solitario, el príncipe japonés reclamó una vez más en voz alta comprensión para la heredera del trono del Crisantemo.
'Mi esposa necesita tiempo para reanudar sus deberes. Hace todo lo que puede para cumplir con su agenda y asistir a tantos compromisos oficiales como le es posible. Me gustaría pedir al pueblo japonés que comprendiera la situación y que nos contemplara desde una perspectiva a largo plazo', declaró en una conferencia previa a su visita al país vietnamita.
Contundente
El príncipe añadió que tanto él como su mujer, aquejada durante varios años de un trastorno depresivo causado por su dificultad para adaptarse a la estricta vida de palacio y, por tanto, apartada en este tiempo de la atención pública, son conscientes de la importancia de las visitas de estado, pero que se han tenido que tomar determinadas decisiones con relación a las circunstancias personales.
'La princesa Masako está todavía bajo tratamiento', declaró. 'Por eso, dada su situación, es necesario tomar una decisión prudente a la hora de considerar la idoneidad o no de que emprenda viajes oficiales teniendo en cuenta distintas variables como la distancia del trayecto, el período de la estancia y los tipos de actos a los que hay que asistir'.
No es la primera vez que el príncipe Naruhito habla abiertamente acerca de la enfermedad de su esposa.
Más recientemente, el heredero pidió apoyo y comprensión para la madre de su única hija, la princesa Aiko, cuando le fue imposible acompañarlo en agosto de 2008 a España. Una defensa a utranza que comenzó en 2003 y que demuestra que el heredero, además de príncipe, es azul.
Ilusionada
La princesa esperaba usar sus habilidades diplomáticas como una 'enviada real', pero sus actividades fueron restringidas por funcionarios de la corte, dijeron observadores de la realeza japonesa.
Naruhito, de 48 años, dijo que tras consultar con médicos decidió viajar sin su esposa a Vietnam, donde visitará el Río Mekong y se reunirá con funcionarios del gobierno, entre otras actividades.
Problemas de salud relacionados con el estrés también afectan al padre de Naruhito, el emperador Akihito, mientras su madre, la emperatriz Michiko, ha sufrido enfermedades causadas por preocupaciones.
Difícil elección
Naruhito eligió a Masako de entre 300 candidatas, pese a que la casa imperial la consideró inapropiada pues era una mujer de carrera, una diplomática, y a que ella rechazó repetidamente las pretensiones del príncipe de hacerla su esposa.
La princesa Masako, una ex diplomática de 45 años con estudios en las universidades de Harvard y Oxford, finalmente, tras una gran presión desde todos los ámbitos, aceptó y renunció así a su profesión y a un prometedor futuro profesional al casarse, en junio de 1993, con el heredero al trono japonés.
Masako, quien ha sido bautizada como 'la princesa triste del Oriente', desde el inicio de su matrimonio se ha visto rodeada de un ambiente monárquico hostil.
La evolución de la vida de Masako hace recordar a muchos a la infortunada Diana de Gales, y como ella, desde que hizo evidente su malestar, se ha ganado la simpatía del pueblo, que la ve como una mujer moderna con gran formación que es desaprovechada para hacer de ella una prisionera virtual de su principal deber dinástico, dar un varón al trono.
Quedó embarazada tras ocho años de matrimonio, después de un aborto natural en 1999, que los funcionarios de palacio atribuyeron a la excesiva atención de los medios de prensa, y en medio de numerosos rumores sobre la esterilidad de su esposo, lo que le habría obligado, según se cree, a realizar tratamientos de fertilidad.
Princesa ejemplar
honor Es hija mayor del ex viceministro de asuntos Exteriores de Japón Hisashi Owada y nieta del empresario Yukata Egasshira.
preparación Estudió en la Universidad de Harvard, donde obtuvo la calificación magna cum laude en Economía.
diplomática Asistió a un curso de graduados en Relaciones Internacionales en el Balliol College de la Universidad de Oxford.