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Un hombre de familia

  • Actualizado: 25 agosto 2009 /

Luce tenis blancos, jeans azul intenso, camisa rosa y corbata violeta; barba de tres días y el pelo grafilado. En la muñeca izquierda tiene amarrado el cordón rojo que usan los seguidores de la Cábala y en la derecha una galleta de nuez de Macadamia que masticará durante toda la entrevista.

Su colorido exterior contrasta con la seriedad con la que llega Ashton Kutcher a la cita con la prensa.

    Luce tenis blancos, jeans azul intenso, camisa rosa y corbata violeta; barba de tres días y el pelo grafilado. En la muñeca izquierda tiene amarrado el cordón rojo que usan los seguidores de la Cábala y en la derecha una galleta de nuez de Macadamia que masticará durante toda la entrevista.
    Su colorido exterior contrasta con la seriedad con la que llega Ashton Kutcher a la cita con la prensa.

    En persona no se parece nada al alocado Kutcher de gestos exagerados que le jugaba bromas pesadas a sus colegas en Punk’d, de MTV, o al Kutcher expresivo que interpretó durante varias temporadas al poco brillante Michael Kelso en That ‘70s Show.

    Aunque entra solemne y sin sonrisas a la habitación en donde lo vamos a entrevistar, el actor, conductor y productor se muestra abierto para hablar acerca de su vida privada desde la primera pregunta, cosa que no a muchas celebridades les apetece hacer cuando frente a sí hay una decena de grabadoras.

    Casi es una obligación cuestionarle si Demi Moore no se pone celosa cuando besa a actrices jóvenes y bellas.

    “Tengo una excelente relación con mi esposa, yo creo que cuando tienes una relación realmente abierta, fuerte, cariñosa y amorosa no tienes espacio para sentirte celoso, porque siempre obtienes confianza por parte de tu pareja”, expresa.

    ¿Y tú te pones celoso con ella?, contraatacamos. “No. Es decir, no disfruto ver a mi esposa mientras se echa un faje con otro en una película, pero tampoco me enojo si está trabajando con otro actor. No siento esa envidia; cuando eres celoso de alguien es porque envidias algo que alguien más tiene, y yo la tengo a ella de por vida”, señala todavía muy serio.

    Según Kutcher, quien a principios de año cumplió 30 años, su matrimonio con Demi, de 45, es una experiencia muy gratificante, entre otras cosas porque han aprendido a leerse el pensamiento.

    “La parte más divertida es ser capaz, literalmente, de leer la mente de alguien más. Cuando te comunicas lo suficiente en un matrimonio tú conoces a la otra persona tanto como ella se conoce a sí misma y puedes anticiparte a sus acciones”.

    Lo que no le gusta, dice, es que debido a que los dos tienen una profesión muy demandante, a veces están lejos uno del otro por mucho tiempo.
    “No me gusta decir que me doy tiempo para tener una relación, prefiero decir que tengo una relación en curso y que me hago tiempo para lo demás, para el trabajo”, comenta.

    La clave que le funciona

    El actor, originario de Iowa, comparte que una de las lecturas que le sirven para mantener un matrimonio sano es el libro The Spiritual Rules of Engagement (“Las reglas espirituales del compromiso”), escrito por Yehuda Berg, su mentor en la Cábala.

    El autor es hijo de Philip Berg (fundador del Kabbalah Centre de Los Ángeles) y consejero espiritual de varios famosos que practican esta doctrina.

    “(El libro) te ayuda a que las relaciones funcionen por 25 años o más. Mi maestro lo escribió y, como tengo una buena relación con él, me lo compartió antes de que se fuera a la imprenta y nos los dedicó a mi esposa y a mí.

    “Creo que comienzas a morirte en el momento en que dejas de aprender, así que él es mi amigo, es mi maestro. Cuando tengo un problema es el tipo con el que quiero hablar”.

    “He estado con mi esposa por cinco años y estoy loco por ella y sé que mucha gente no entiende eso, pero cualquier cosa que él me dice me funciona”.
    Hablando de aprender, ¿qué es lo más importante que has aprendido recientemente?, preguntamos. “A no compartir mucha información con la prensa y que eso del off the record es una mier... que no significa nada”, dice desatando las primeras carcajadas del día, incluida la suya.

    Padrastro querido

    Al inicio de la relación Kutcher-Moore, se llegó a especular que la pareja estaba ansiosa por tener un bebé, pero los rumores nunca fueron confirmados.

    Al respecto, Kutcher opina que aunque no descarta ser padre biológico algún día, tampoco le desagrada la idea de adoptar.

    “Estoy abierto a esa emoción (de ser papá), pero hay demasiados niños afuera sin padres. Estoy decidiendo entre traer un niño al mundo o encontrar a un niño al que pueda servir como tutor, mi energía se enfoca en la idea de tener un grupo de niños al que pueda ayudar. Tengo tres hijas, creo que no podría sentir más amor por ellas si fueran hechas con mi esperma”.

    Sus hijastras, Rumer, Scout y Tallulah Willis tienen 19, 17 y 14 años respectivamente, es decir que se encuentran en plena adolescencia, una etapa difícil.
    “Y se va poniendo más difícil cada vez que van creciendo; yo no quiero ser su amigo, ellas ya tienen suficientes amigos en otros lados, no necesitan a otro amigo”, concluye ya de muy buen humor.