22/05/2025
07:24 PM

Superfluidades e imprecisiones de la lengua

'El mes de septiembre es dedicado a la patria' dice en un cartel. Nada hay de extraño en ese enunciado, pero el significante mes, en este caso, parece una palabra más accesoria, pues al quitarla en nada altera el sentido del juicio que se está manifestando.

    'El mes de septiembre es dedicado a la patria' dice en un cartel. Nada hay de extraño en ese enunciado, pero el significante mes, en este caso, parece una palabra más accesoria, pues al quitarla en nada altera el sentido del juicio que se está manifestando.

    Septiembre es el nombre de un mes y no es significante de ningún otro concepto; en consecuencia, adjuntar el término mes al período resulta reiterativo, basta con decir: 'septiembre es dedicado a la patria'.

    'Los días lunes no hay consulta', otro ejemplo de dilapidación lingüística; si es lunes, evidentemente es un día; lo práctico es 'los lunes no hay consulta'. En la oración 'el día de hoy es tu cumpleaños', qué mal hay si se suprime 'el día de'. Ninguno: 'hoy es tu cumpleaños'. En el lenguaje periodístico es común leer frases como 'el carro con número de placa..., color azul'. El azul es un color y no es imperioso apuntar el sustantivo color. Basta con decir carro verde, pantalón azul, casa amarilla.

    Estas recurrencias no afectan al mensaje, pero si se trata de economía sin distorsión significativa vale extrañarlas.

    Otros ejemplos

    A veces los comentaristas de noticias orales, quizá por la espontaneidad de esta forma del habla, expresan: 'En el accidente no hubo muertes que lamentar...'; lamentar sobra, se sabe que toda muerte es lamentable.

    'Por no tener un buen currículo no le dieron el trabajo'. Parece que con este latinismo hay vacilaciones porque se confunde con los conceptos de un historial profesional y con programas de estudios de determinadas carreras o de un ciclo educativo. La verdad es que currículo es esto último y por eso en los ambientes escolares se habla de 'reformas y mallas curriculares'.

    Cuando el referente se asocia con la descripción de la vida laboral, educativa o profesional de una persona, entonces la palabra castiza es currículum vitae, pero por la comprensible mutabilidad de toda lengua, ahora currículo es un vocablo homógrafo que significa plan de estudios y también la relación de títulos, trabajos y honores que califican a un individuo.

    Lo que sí está claro es que currículum vitae, se pronuncia vite, jamás quiere decir plan, programa o estructura de estudios.

    Uso por moda

    Por aquello de la moda, de lo que la lengua no está exenta, también se está manejando no con prudencia el verbo apostar: 'Estamos apostando por la educación virtual. El gobierno apuesta por los tratados de libre comercio. Los equipos hondureños apuestan por traer jugadores extranjeros'.

    Éstos son ejemplos tan habituales y está claro que no siempre significan el contenido pensado por el hablante. Apostar quiere decir pactar: 'Tú y yo apostaremos una cena según quien la gane'. También apostar expresa dar un juicio por acertado: 'Apuesto que pronto estarás en Honduras'.

    Además, indica optar o confiar: 'Yo apuesto por la educación pública'. Muchas personas aplican correctamente este verbo; pero otras, en la mayoría de los casos, lo hacen irreflexivamente, tal vez sólo porque la expresión les resulta atractiva, pero sin saber con exactitud lo que en verdad están diciendo.

    El español es tan profuso que es innecesario remachar tanto un vocablo, pues al final el uso desmesurado de esas palabras 'de moda' se torna tedioso y hasta estéril.