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Qué hacer para ser más felices

  • 11 febrero 2010 /

Una persona puede pasar horas, días e incluso semanas dándoles vueltas a sus problemas, conflictos e incertidumbres, y reflexionando sobre qué camino seguir o actitud a adoptar para salir del desánimo o el desasosiego que la embargan.

Una persona puede pasar horas, días e incluso semanas dándoles vueltas a sus problemas, conflictos e incertidumbres, y reflexionando sobre qué camino seguir o actitud a adoptar para salir del desánimo o el desasosiego que la embargan.

Pero, como propone la inagotable sabiduría oriental, si uno se encuentra en una habitación totalmente oscura, ¿cuál es la forma más sencilla y eficaz de salir de las sombras, orientarse y encontrar una salida? ¡Basta con encender un cerillo!

“En términos psicológicos, eso equivale a emprender una acción sencilla, pero que, sin embargo, puede tener una enorme trascendencia para el ánimo y rumbo de una persona, en tanto que le demuestra que puede sentirse mejor, modifica su percepción de la realidad y le sirve de estímulo”, señala María Campos Olivas, terapeuta transpersonal.

Según Campos, también experta en técnicas de programación neurolingüística, PNL; se trata de pequeños gestos que, si se incorporan a la cotidianeidad, arrojan luz sobre la vida de la persona afligida, iluminando su camino vital y mejorando su estado anímico para disfrutar de las pequeñas cosas.

“Incluso un buen día pueden venirle a la mente soluciones o salidas insospechadas para lo que antes parecían “callejones sin salida”, señala. Una de las “cerillas psicológicas” que recomienda Campos consiste en practicar la relajación a diario, una técnica que realmente alivia el estrés y la tensión. Una forma de relajarse, consiste en tenderse boca arriba, con los brazos a lo largo del cuerpo o sobre el pecho, o sentarse en una silla cómoda. En esa posición, hay que cerrar los ojos y respirar profundamente varias veces.

Relajación y buenos sueños

Hay que relajar los pies, concentrando la mente en ellos, intentando “sentirlos”, para después ir subiendo por el cuerpo, haciendo lo mismo con los tobillos, piernas, muslos, nalgas, estómago, espalda y hombros. Se sigue con las manos, brazos, mandíbulas, mejillas, ojos, frente y cuero cabelludo. La idea es visualizar y sentir cada parte del organismo.

Dormir de siete a ocho horas todas las noches es otro de los mejores y más sencillos antídotos contra el estrés, la ansiedad y el agotamiento. Para que el cuerpo se recargue de energía y estar en mejores condiciones para afrontar el día siguiente conviene irse a la cama media hora antes de lo usual y después de unas semanas añadir otra media hora adicional.

Al acercarse la hora de apagar la luz, es bueno relajarse con actividades tranquilas como la lectura, la meditación o los estiramientos, y evitar el consumo de productos con cafeína, tabaco o alcohol, antes de irse a dormir.

La decoración de la casa o el lugar de trabajo influyen en nuestro estado de ánimo.

Cambiar de ambiente y conocer otros lugares permite desconectar del ritmo diario de trabajo. Introducir nuevas prendas en nuestro vestuario ayuda a romper la rutina, mientras que elegirlas según nuestro físico y edad nos hará vernos mejor. Incluso los cambios de imagen, por ejemplo, de peinado o maquillaje, también nos renuevan por dentro.

Conocer gente nueva también es positivo: al hacer amistades regeneramos una parte de nosotros que deseamos compartir. “La consigna es ¡cambiar, cambiar, cambiar!”, señala.

La risa es curativa, porque reduce el estrés, nos permite ver el mundo de forma más realista y sin distorsiones.

Limpieza de la mente

Para aplicar la higiene mental se debe buscar momentos de reposo, silencio y soledad para reflexionar sobre nuestros defectos y cualidades, actitudes y sentimientos, acciones y omisiones; para conectar con nuestras necesidades, problemas y recursos.

“Conviene buscar estímulos culturales o sociales, como aficiones, deportes o actividades artesanales, en vez de aturdirse con la radio, Internet o la televisión, o llenar el tiempo con obligaciones o trabajos que en realidad son tapaderas de nuestro malestar”. Efe-Reportajes