Ricardo Salinas Pliego, empresario y dueño de TV Azteca, se convirtió en tendencia tras compartir en sus redes sociales una carta dirigida a los colaboradores de la televisora, solicitándoles que dejen de utilizar lo que él describió como “lenguaje woke”.
A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), Salinas Pliego exhortó a los presentadores y productores de la empresa a evitar el uso de términos como “inclusión forzada” y “lenguaje políticamente correcto”, que, según él, buscan imponer una forma de hablar que no es auténtica.
En su mensaje, el empresario expresó: “A mis colaboradores que salen en pantalla quiero decirles que ser ‘diferentes’ en un mundo lleno de insensatez... es valentía, no caigan en tratar de encajar y ser normales”. Además, agregó: “Démosle a nuestros televidentes la opción de ver algo distinto, por favor ayúdenme a ayudar!!!”.
La carta compartida por Salinas Pliego se presentó con un tono satírico, utilizando el recurso del lenguaje inclusivo de manera irónica. En ella, se empleaban expresiones como “colaboradoras/colaboradores” y “televidentes/televidentas”, con el fin de resaltar el uso que el empresario critica.
“Los televidentes y televidentas, a través del dueño y la dueña de TV Azteca/Azteco le solicitan a los productores y productoras de noticias y noticios, que den instrucciones a sus presentadores y presentadoras de pantalla y pantallo...”, decía la misiva, que terminó por volverse viral en la plataforma.
¿Qué es el lenguaje woke?
El “lenguaje woke” hace referencia a un tipo de comunicación que busca ser inclusiva y respetuosa con las identidades de género y las diversidades culturales, sociales y raciales.
Se caracteriza por el uso de un lenguaje que visibiliza a grupos históricamente marginados, con el objetivo de promover la equidad. Esto incluye la utilización de términos como “persona”, “persona no binaria” o el uso del lenguaje inclusivo (por ejemplo, “tod@s”, “amig@s”, “latinx”).
Sin embargo, sus detractores, como Salinas Pliego, consideran que este tipo de lenguaje puede resultar forzado y excesivo, llevando a una comunicación artificial y desconectada de la realidad.