La socialité suiza Jocelyn Wildenstein, conocida mundialmente por sus singulares rasgos felinos fruto de múltiples cirugías estéticas, ha muerto en París a los 84 años.
Jocelyn Périsset, su nombre de nacimiento, pasó de una infancia tranquila en Lausana, Suiza, a convertirse en una figura icónica de la prensa sensacionalista, especialmente en Nueva York, donde su vida amorosa, sus extravagancias y su cambiante apariencia la mantuvieron en el centro de atención.
Desde su controvertido divorcio del magnate del arte Alec Wildenstein hasta su compleja relación con Klein, la vida de Jocelyn estuvo marcada por el exceso y el drama.
Jocelyn desarrolló una fascinación por los mamíferos africanos, un interés que más tarde la llevaría a Kenia, donde conoció a Alec Wildenstein durante un safari en 1977.
Su matrimonio, que incluyó un estilo de vida deslumbrante y mansiones en múltiples continentes, terminó en 1999 tras un escándalo de infidelidad y amenazas con armas de fuego. El divorcio dejó a Jocelyn con un acuerdo millonario de 2.500 millones de dólares y pagos anuales adicionales, aunque años después declaró su bancarrota.
Aunque ella insistía en que sus “ojos de gato” eran un rasgo familiar, Wildenstein se convirtió en un símbolo de las cirugías estéticas extremas, con intervenciones que comenzaron poco después de su matrimonio con Alec. Su transformación física, que buscaba emular los felinos que tanto admiraba, la convirtió en objeto de fascinación y burla por igual. A pesar de las críticas, Jocelyn nunca admitió completamente los procedimientos, prefiriendo atribuir sus cambios a peinados y maquillaje.