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'Nunca dije que renunciaría a la actuación”

  • Actualizado: 05 diciembre 2009 /

Viggo Mortensen no esconde para nada la extraña pasión latina que lleva detrás de la actuación.

Con los colores azul y rojo en la ropa y un bolso blanco bordado con el escudo del equipo argentino de fútbol San Lorenzo, Viggo Mortensen no esconde para nada la extraña pasión latina que lleva detrás de la actuación.

“Quiero un choripan”, bromea con perfecto acento porteño que el cine no refleja. Y con una imagen que muy pocos conocen, en pleno centro de Toronto, lo entrevistamos en exclusiva, buscando otros momentos desconocidos de su vida, jugando con los viejos recuerdos cuando ni siquiera él soñaba con la fama que consiguió a partir de la trilogía de “El Señor de los Anillos”.
¿La memoria ayuda a recordar el primer autógrafo que firmó en su vida?

La verdad, me acuerdo la primera vez que yo pedí un autógrafo.
¿De verdad? ¿A quién fue?

Lo había pedido por correo, a Bjorn Borg. Y le mentí...
¿Cómo fue? ¿Lo consiguió al menos?

Yo estaba en España. Tenía 18 o 19 años. Bjorn había sido uno de los mejores jugadores de tenis desde los 70 hasta principios de los 80. Se había retirado muy joven, como si hoy fuera Roger Federer. Yo quería conocerlo y como estaba jugando un torneo en España, fui y le mentí diciéndole que yo trabajaba para un periódico, dije que era periodista, que era fotógrafo. Y en eso no mentí, porque lo era, pero así conseguí un lugar entre los fotógrafos profesionales, al costado de la red. Me acuerdo que dije algo en danés, no sé qué, pero fue algo tan estúpido que Bjorn se dio vuelta a verme por lo tonto que había sido, dándose cuenta que obviamente yo no era ningún profesional. Pero igual sonrió y le saqué la foto.
¿Y el autógrafo?

Esa foto que le saqué, se la mandé después por correo, creo que cuando él vivía en Mónaco. Y me la devolvió, autografiada.
¿Y el primero que firmó usted?

¿El primer autógrafo que firmé yo? Creo que fue después de una obra de teatro. Estaba haciendo “Bent” y el estreno había sido en Los ángeles, cuando recién me había mudado y alguien me pidió un autógrafo, para que le firmara el programa que dan en la entrada.
¿La fama trae sus ventajas?

No lo creas. Ayer incluso estuve en problemas, en la frontera con Canadá. Eran las dos de la madrugada, estaba cruzando con el auto, por las Cataratas del Niagara y en la aduana me preguntaron si había estado antes en Canadá. Riendo le dije “Sí, muchas veces”. Pero enseguida me llamaron la atención, diciéndome que no había nada para reírse y me volvieron a preguntar cuándo había sido la última vez que había estado en Canadá. Yo contesté: “Ayer, en Montreal”. Pero cuando me volvió a preguntar “¿Y por qué Montreal?”, yo volví a bromear “¿Cuál es el problema con Montreal?”.
¿No lo reconocieron? ¿En ningún momento dijo “Yo soy Viggo Mortensen, el mismo de “Lord of the rings”?

No, no, no. Pensé que las bromas funcionaban mejor y le dije que había cruzado la frontera, porque supuestamente mi hijo nunca había estado en Estados Unidos, que había querido traerlos solamente por 10 minutos, para que al menos pudieran decir que había estado. Y por lo visto no recibieron la broma con muy buen sentido del humor, porque me revisaron todo el auto. Pensaron que estaba traficando drogas o algo así.
¿Con las mujeres tiene más suerte?

Solía irme muy bien, hasta ahora... Era una mujer, la oficial de la aduana.
Aunque Viggo nació en pleno Manhattan, el 20 de octubre de 1958, el perfecto español, tiene que ver con la infancia que disfrutó en Venezuela y Argentina, cuando su padre se dedicaba al campo y la crianza de pollos. También vivió por un tiempo en Dinamarca (donde hoy en día lo consideran más danés que norteamericano), hasta que volvió a Estados Unidos para dedicarse a la actuación. Incluso eligió las clases más fáciles de español, en la Universidad de St. Lawrence de Nueva York, para tener suficiente tiempo libre para el teatro.

En cine ya había conseguido trabajar en una película tan importante como “The purple rose of Cairo”, pero su escena quedó afuera, en la sala de edición. Igual fue dejando sus huellas en Hollywood, al lado de otras superestrellas como Nicole Kidman en “The portrait of a lady”; Demi Moore en “G.I. Jane”, Gwyneth Paltrow en “A perfect murder” y Sandra Bullock en “28 days”, hasta que consiguió su propio éxito con el rol de Aragorn en la trilogía “The Lord of the Rings”.
Cuenta la leyenda... que Viggo incluso había sido contratado en el último minuto, reemplazando a Stuart Townsend y hasta pensó en rechazar semejante superéxito, sino fuera porque tenía muy cerca suyo un fanático de los libros originales que lo convenció. Tal cual. La fama se la debe a Henry, el hijo que había tenido en sus únicos tres años de casado con Exene Cervenka.

Convirtiéndose en el héroe de tantos otros espectadores, Viggo Mortensen aprendió a manejar la espada como un verdadero profesional y ni siquiera aceptó que algún doble filmara las más peligrosas escenas de acción. En la segunda película, hasta se rompió un diente y sin pedir reemplazo, Viggo pidió que le pegaran el diente ahí mismo, para terminar la escena. Tantas horas de cabalgar a caballo también le sirvieron de experiencia para la siguiente película “Hidalgo” y como un perfecto recuerdo, Mortensen terminó comprando los dos caballos que había montado en aquella misma película y las anteriores de “Lord of the Rings”.

Prefiriendo la actuación de calidad por encima del rol de galán, Viggo tampoco dudó en aceptar la dirección de David Cronenberg en la película “A history of violence”, antes de ser nominado al Oscar por “Easter promises”. Y con la misma calidad de cine, protagoniza ahora la película “The road”, con la historia de un sobreviviente del apocalipsis que trata de seguir sobreviviendo, con su hijo.
¿Seguimos con los buenos recuerdos? La película “The road” juega con los dulces momentos de la infancia de su personaje. ¿Qué momentos le vienen a la mente, en ese sentido, al mencionar su propia niñez?

Supongo que son muy similares. Los días de verano, pescando. Siento la memoria de mi madre. Puedo decirte un millón de cosas.
¿Los mejores recuerdos en Venezuela o Argentina?

Era muy chico, pero en Argentina tengo la imagen de ir en auto, probablemente un taxi o el auto de otra persona, con mamá sentada atrás y yo recostado con la cabeza en sus piernas, mirando a mi madre desde abajo, viendo cómo sus ojos se movían. Y al sentir que yo la miraba, me acuerdo que ella bajó la cabeza para verme. Ese recuerdo es maravilloso. Está muy fresco en mi memoria. Son las cosas de las que me acuerdo.
¿Y los primeros recuerdos del momento que lo llevó a decidirse por la actuación?

No creo que haya tenido un momento específico. Es algo que llegó muy tarde. El cine siempre me había gustado y a los 21 años empecé a aprender más sobre el tema, como expresión artística, hasta que empecé a plantearme cómo lo lograban todo. Es como si hoy vieras la película “The road” y te emociona algo que decimos o expresamos y te pones a llorar y ves que alrededor tuyo la gente también llora. Me puse a pensar por qué lloramos con cierta escena, quería saber el truco.

¿Por qué todas estas personas creyeron tanto algo, como para ponerse a llorar? Por eso fue algo que quise probar yo también. Y empecé a ir a grupos de teatro en Nueva York pensando que aquella ciudad era demasiado grande y si no se me daba, tampoco me iba a molestar, porque ahí no conocía a nadie. Fue aquel profesor de teatro el que me alentó para que siguiera.
¿El éxito tampoco llegó de la noche a la mañana?

Supongo que a medida que fui aprendiendo cada vez más, lo encontré más interesante, aunque al principio me frustraba. Enseguida conseguí audiciones, pero me llevó muchos años hasta que pude vivir de la actuación. Pero el cine siempre tuvo algo que me gustaba porque incluía otros temas como la escritura y la fotografía, que también me apasionan.
¿Cuál de todos sus personajes en cine está más cerca de su corazón?

No tengo ningún personaje favorito. Reconozco que hay películas que son mejores que otras, más armoniosas o más eficientes. Pero no tengo ningún rol que no me haya gustado, ni siquiera en aquellas películas donde ni siquiera dije nada. Creo que ese es mi trabajo. Puede ser que a la gente no les guste cierto personaje, pero yo siempre logro que me gusten. Por eso no tengo favoritos. Y tampoco busco un estilo de películas en particular, me gusta encontrar historias interesantes. Tengo suerte que alguien quiera que yo las interprete. Y si encuentro una buena historia y veo que empiezo a buscar excusas para no hacerla, probablemente significa que tengo miedo y por eso no me dejo llevar por ese instinto, porque sino nunca voy a aprender.
¿Tampoco se arrepiente de haber hecho alguna película en particular?

¿Te estás refiriendo a alguna en especial? Porque a mi no se me ocurre ninguna. No me arrepiento de las decisiones que tomé y lo que pasó después. No puedo hacer nada al respecto. No tiene sentido.

Y tengo que decir que la película “The road” juega con esa idea del arrepentimiento. Es algo natural y es por eso que tantos chicos pueden actuar naturalmente, porque no piensan, no se arrepienten de lo que están haciendo, viven el momento.

Con una historia que empieza después del Apocalipsis, sin explicar el cataclismo que destruyó al mundo, en “The road” Viggo se ve envuelto en la aventura de buscar un lugar seguro para él y su hijo, alejándose del canibalismo o los ladrones que también intentan sobrevivir, a su manera, dibujando un futuro muy poco alentador, en medio del amor de un padre y un hijo,
¿Qué es lo primero que se llevaría en el peor de los casos, si tuviera que irse de su cada por alguna calamidad?

¿Si por ejemplo se quemara mi casa? Con el tiempo crecí aferrándome menos a las cosas. Hay libros que amo, viejos libros. Pero lo importante siempre es la gente y, por supuesto, los animales.
¿La realidad de ser padre ayudó en la relación padre-hijo que también muestra la película?

Seguramente. Mi decisión tuvo que ver definitivamente en la idea de ser padre, porque tengo un hijo que se parece al de la película, cuando él tenía su edad. El tema de ser padre ayudó y yo también lo pensé.
¿Cree que su hijo Henry alguna vez también siga sus pasos como actor?

No lo sé... Ya estuvo en un par de trabajos y es muy bueno como músico. Pero es realmente bueno escribiendo. Definitivamente tiene habilidades creativas y le gusta escribir. No se pone nunca nervioso, hace lo que quiere hacer. Es bastante bravo. He leído poesías, en público, con él. Y fue increíble verlo porque yo me ponía mucho más nervioso. Y así es él. La mejor actuación es reaccionar a lo que hace otra persona y para hacerlo, hay que estar muy calmado.
Elijah Wood también estrenó hace poco la película “9” que también trata sobre el Apocalipsis. ¿Es pura casualidad que los protagonistas más importantes de “Lord of the Rings” estrenen casi al mismo tiempo una historia parecida, contada desde diferentes puntos de vista?

¿Ya se estrenó?
Al menos en Estados Unidos, sí, es un dibujo animado para adultos, pero en esa película los únicos sobrevivientes son robots.

¡Quiero verla!
¿No mantiene contacto con los otros actores de “Lord of the Rings”?

Sí, sí, sí.
¿La última vez que se vieron?

Hace poco me encontré con Dominic Monaghan y a Elijah lo había visto en España, por ejemplo.
¿Orlando Bloom?

Hace tiempo que no lo veo, pero nos seguimos viendo de vez en cuando. A los que veo más seguido son a los “Hobbits”. También vi bastante a Bernard Hill, de vez en cuando nos cruzamos.
Antes de irnos... ¿Es cierto que quiere abandonar la actuación definitivamente?

Supongo que debí haber mentido cuando otro periodista me preguntó si tenía algún otro trabajo entre manos. Debería haberle dicho “Sí, tengo 20”, pero fui honesto con alguien que me preguntó y sólo le dije que no tenía nada pendiente por hacer. Y él pensó que yo estaba renunciando a la actuación, pero yo nunca lo dije.
¿Y qué es lo que sigue entonces? ¿Cuándo lo vamos a ver actuando en español?

Pienso hacer una obra de teatro en España, pero después de eso no sé lo que voy a hacer. Tampoco digas que pienso renunciar como actor. Supongo que una obra de teatro también se considera actuación... ¿no?