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Nueva novela histórica

  • 15 febrero 2010 /

El novelista de origen uruguayo Diego Bracco, autor de “El mejor de los mundos”, novela histórica sobre el proceso de independencia americana, ha cuestionado en esta ficción el calificativo de “libertadores” para figuras históricas como Bolívar y San Martín.

    El novelista de origen uruguayo Diego Bracco, autor de “El mejor de los mundos”, novela histórica sobre el proceso de independencia americana, ha cuestionado en esta ficción el calificativo de “libertadores” para figuras históricas como Bolívar y San Martín.

    Bracco, historiador de formación, de nacionalidad uruguaya e italiana y residente en España, dijo a Efe: “Dudo que sea aplicable el concepto ‘libertador’ en la misma medida en que pongo en tela de juicio que sea posible liberar a otros; quizás el único combate posible por la libertad es el de cada uno consigo mismo, porque aún esclavo, siempre estará en mí rebelarme o someterme”.

    San Martín y Bolívar “fueron grandes ‘independizadores’ y por supuesto, para lograrlo debieron matar, amenazar, obligar y sojuzgar; fue y es discutido hasta qué punto eso supuso tiranía”.

    Con esta obra que ganó el Premio Universidad de Sevilla de Novela 2001 y el Premio Revelación de la Feria del Libro de Uruguay, su autor ha tratado de “reflexionar sobre el sentido que tuvo la independencia para la gente común que vivió esa época; sobre hasta qué punto los americanos sintieron la revolución como tragedia o como liberación”.

    También le interesó “la persecución que sufrieron los españoles afincados en América que, empleando palabras actuales, podría llamarse ‘limpieza étnica’”.

    Bracco aseguró que “quizás la cantidad de estatuas que celebran la gesta de Bolívar merezca una reflexión; un ejercicio de memoria histórica”.

    A la pregunta de si se cometen muchas tropelías en nombre de la libertad, Bracco contestó: “Demasiadas. Sin embargo, no por ello me siento animado a descreer de la libertad; del mismo modo, no me parece que un creyente deba alejarse de la Iglesia por las atrocidades de la Inquisición, ni que haya que desistir de la búsqueda de la justicia social por los crímenes del estalinismo”.