La relación entre Victoria de Suecia y Daniel Westling ha pasado por muchas dificultades y ahora resulta que su prometido no podrá ostentar el título de príncipe.
Se anunció que el futuro esposo de la “Kronprinsessa”, a quien Carlos Gustavo “concedió” los títulos de príncipe de Suecia y duque de Västergötland el día del anuncio oficial del compromiso, no puede ser ni príncipe ni duque.
En 1975 el Riksdag, o Parlamento, abolió formalmente la real prerrogativa de dar títulos de nobleza a los ciudadanos rasos. Una decisión, escrita en la Constitución ese mismo año, que fue consecuencia del denominado “Torekovkompromisen”, según el cual los poderes y actuaciones de la Corona en el Estado quedaban limitados.
Así que si el soberano quiere que Daniel sea príncipe, tendrá que pedir al gran duque de Luxemburgo el regalito de una corona principesca para su futuro y plebeyo yerno.
Hay que recordar que fue precisamente la Casa de Luxemburgo la que otorgó el Condado de Wisborg a Lennart Bernadotte, hermano del abuelo del rey.
Algunos traspiés
Por un lado han tenido que pasar siete largos años repletos de disgustos y altercados antes de que el rey diera el visto bueno a esa unión. Más tarde, saltó el escándalo de la tremenda discusión entre Victoria y Magdalena que se reveló ante la idea de no poder casarse antes que su hermana mayor.
El estado crítico de Daniel y la operación sorpresa de trasplante de riñón fue otro grave bache en el camino de la pareja al altar.