El 15 de septiembre de 1841, Francisco Morazán Quezada, con 49 años de edad, muere frente a un pelotón de fusilamiento en San José, Costa Rica. Ese mismo año, Centroamérica arribaba a su aniversario número 21 de independencia.
Antes de morir, Morazán escribió su testamento, documento que debería ser conocido por las nuevas generaciones de centroamericanos. El testamento inicia con dos declaraciones. La primera: 'que todos los intereses que poseía, míos y de mi esposa, los he gastado en dar un gobierno de leyes a Costa Rica, lo mismo que dieciocho mil pesos y sus réditos, que adeudo al señor General Pedro Bermúdez'. Y la segunda: 'que no he merecido la muerte, porque no he cometido más falta que dar libertad a Costa Rica y procurar la paz a la República. De consiguiente, mi muerte es un asesinato, tanto más agravante cuanto que no se me ha juzgado ni oído. Yo no he hecho más que cumplir los mandatos de la Asamblea, en consonancia con mis deseos de reorganizar la República'.
Demanda
Luego presenta una protesta: 'que la reunión de soldados que hoy ocasiona mi muerte la he hecho únicamente para defender el departamento de El Guanacaste, perteneciente al Estado, amenazado; seguían las comunicaciones del comandante de dicho departamento, por fuerzas del Estado de Nicaragua. Que si ha cabido en mis deseos el usar después, de algunas de estas fuerzas para pacificar la República, sólo era tomando de aquellos que voluntariamente quisieran marchar, porque jamás se emprende una obra semejante con hombres forzados'.
A esta protesta le siguen tres memorables proclamas: 'Declaro: que al asesinato se ha unido la falta de palabra que me dio el comisionado Espinach, de Cartago, de salvarme la vida.
Declaro: que mi amor a Centroamérica muere conmigo. Excito a la juventud, que es llamada a dar vida a este país que dejo con sentimiento por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra.
Declaro: que no tengo enemigos, ni el menor rencor llevo al sepulcro contra mis asesinos, que los perdono y deseo el mayor bien posible'.
Errores políticos y último deseo
Su testamento incluye esta declaración: 'Muero con el sentimiento de haber causado algunos males a mi país, aunque con el justo deseo de procurarle su bien; y este sentimiento se aumenta, porque cuando había rectificado mis opiniones en política en la carrera de la revolución, y creía hacerle el bien que me había prometido para subsanar de este modo aquellas faltas, se me quita la vida injustamente'.
Además, Morazán pidió que sus restos se llevaran a San Salvador, El Salvador, 'por ser el pueblo que más bien le había correspondido'.
Detalles de interés
Nacimiento
José Francisco Morazán Quezada nació en la Villa de San Miguel de Tegucigalpa el 3 de octubre de 1792. Siguió ideales liberales.
Morada
Se desconoce el paradero del testamento original de Morazán. Existen varias teorías, pero nadie ha declarado poseerlo.
Defensa
El instituto Morazánico, presidido por Miguel Cálix Suazo, tiene más de cinco décadas de mantener vivo el ideal de Morazán.
Novela
'El General Morazán marcha a batallar desde la muerte', obra escrita por el autor Julio Escoto, arriba este mes a 15 años de publicación.
Validación
'Autenticidad de la estatua de Morazán en el parque central de Tegucigalpa' es un exhaustivo análisis escrito por Miguel Cálix.