La palabra 'miembra' es una incorrección. No figura en el diccionario de la Real Academia Española, RAE, que fija la norma. Proferirla es una 'estupidez', una 'sandez' y una muestra de 'feminismo salvaje', según Javier Marías, Fernando Savater y Juan Manuel de Prada.
Pocas veces un error gramatical -con o sin intención- desató tales diatribas contra una miembro del gobierno español, como le está ocurriendo a Bibiana Aído, la primera ministra de Igualdad de la historia de España. 'Palabras como guay o fistro no tuvieron tanta dificultad para ser incorporadas al diccionario. Puede haber una cuestión de machismo de fondo', se quejó. Aunque la palabra fistro no figura en el diccionario.
El término
¿Se puede decir 'miembra'? Ya quedó dicho que no, que la RAE considera al sustantivo 'miembro' como un nombre común en género, esto es, un término ambidiestro, que sirve para unas y otros (las miembros, los miembros). Un transformista que se feminiza o masculiniza según el contexto. Claro que no siempre fue así. Hasta 2005, la palabra 'miembro' era considerada por la Academia un epiceno, un nombre asexuado, sin femenino ni masculino, como 'víctima', 'bebé' o 'criatura'. Conclusión: las cosas cambian.
Hasta el académico Salvador Gutiérrez, catedrático de Lingüística General de la Universidad de León, concedió en plena tormenta que lo que hoy suena peregrino, mañana puede ser norma si la población comienza a utilizarlo. 'La lengua es el organismo más democrático que existe en el mundo', declaró.
Lucha
El feminismo y la gramática española no se llevan bien. Viene de antiguo. 'El lenguaje está creado por el hombre, para el hombre y tiene como objeto el lenguaje del hombre', sostiene la filóloga Pilar Careaga, autora de la obra 'El libro del buen hablar'.
Las mujeres se quejan de que no existen si no son nombradas, o que sólo figuran de forma peyorativa en un sistema lingüístico creado en sucesivas etapas de la historia en las que lo femenino no pintaba nada.
Historia
El sexismo del lenguaje comenzó a combatirse a nivel internacional a partir de la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en 1975.