El maestro británico Edward Downes, quien dirigió a la Filarmónica de la BBC y la Ópera Real, pero en años recientes sufrió problemas de audición y de la vista, murió con su esposa en una clínica de asistencia a suicidas en Suiza. Tenía 85 años y su esposa, 74.
Los hijos de la pareja dijeron el martes que sus padres fallecieron el viernes “plácidamente bajo circunstancias de su propia elección”, en una clínica en Zurich operada por el grupo Dignitas.
“Luego de 54 años felices juntos, decidieron terminar con sus propias vidas en lugar de seguir luchando contra serios problemas de salud”, dijeron el hijo y la hija de la pareja, Caractacus y Boudicca, en un comunicado.
La misiva dice que Downes, a quien la reina Isabel II nombró Sir Edward en 1991, se había quedado casi ciego y estaba cada vez más sordo. Su esposa, otrora bailarina, coreógrafa y productora de televisión, se dedicó por años a trabajar como su asistente. Periódicos británicos reportaron que a ella le habían diagnosticado un cáncer. El fundador de Dignitas, Ludwig A. Minelli, no pudo confirmar las muertes por razones de confidencialidad.
El mánager de Downes, Jonathan Groves, dijo que estaba conmovido por la noticia, pero calificó la decisión de la pareja como “valiente”. Estos suicidios fueron los más recientes en una serie de casos prominentes que han suscitado llamados de un cambio legal en Gran Bretaña, donde el suicidio asistido y la eutanasia están prohibidos.
Pese a las leyes, en años recientes las cortes británicas se han negado a condenar a personas que ayudan a sus seres queridos a viajar a clínicas en el extranjero para poner fin a sus vidas.