Los Ángeles, Estados Unidos.
La pareja formada por la actriz Jessica Biel y el cantante Justin Timberlake ha demostrado a lo largo de la última década que la suya es una de las historias de amor más idílicas y estables de la crónica social.
Luego de cinco años de formalizar su relación con una boda y en 2015, debutar en la paternidad con el nacimiento de su pequeño Silas, por primera vez, Jessica ha profundizado en todos aquellos factores y circunstancias que, desde su punto de vista, explican la buena salud de su romance.
“Tenemos valores y principios similares, creemos firmemente en la lealtad y la honestidad. También le damos mucha importancia a la diversión, nos gusta pasarlo bien y compartimos muchas aficiones. De la misma forma, somos muy parecidos en lo que respecta a nuestra actitud hacia el trabajo, nuestras carreras determinan de alguna forma cómo nos organizamos, y sabemos que en este negocio a veces hay que ser un poco egoísta. Cuando encuentras a una persona con la misma mentalidad en esta industria, sientes que te ha tocado la lotería”, expresa en el nuevo número de la revista Marie Claire.
Su vida cambió
Sin embargo, desde que iniciara junto a su marido la apasionante aventura paternal en la que está inmersa desde hace dos años, parece que ya no queda ni rastro de ese “egoísmo” al que la actriz ha hecho referencia.
De hecho, admite que la llegada al mundo de su pequeño cambió por completo sus esquemas y prioridades. “Hasta que no eres madre no te das cuenta de lo egoísta que puedes llegar a ser a veces. Cuando esas personitas pequeñas entran en tu mundo y te das cuenta de que dependen por completo de ti, tus horarios ya no te pertenecen y tus necesidades ya no importan nada. Y empiezas a tener claro que tu vida entera gira alrededor de un niño y no al revés. No soy el tipo de persona que se queja por ello”, reflexiona.
La pareja formada por la actriz Jessica Biel y el cantante Justin Timberlake ha demostrado a lo largo de la última década que la suya es una de las historias de amor más idílicas y estables de la crónica social.
Luego de cinco años de formalizar su relación con una boda y en 2015, debutar en la paternidad con el nacimiento de su pequeño Silas, por primera vez, Jessica ha profundizado en todos aquellos factores y circunstancias que, desde su punto de vista, explican la buena salud de su romance.
“Tenemos valores y principios similares, creemos firmemente en la lealtad y la honestidad. También le damos mucha importancia a la diversión, nos gusta pasarlo bien y compartimos muchas aficiones. De la misma forma, somos muy parecidos en lo que respecta a nuestra actitud hacia el trabajo, nuestras carreras determinan de alguna forma cómo nos organizamos, y sabemos que en este negocio a veces hay que ser un poco egoísta. Cuando encuentras a una persona con la misma mentalidad en esta industria, sientes que te ha tocado la lotería”, expresa en el nuevo número de la revista Marie Claire.
Su vida cambió
Sin embargo, desde que iniciara junto a su marido la apasionante aventura paternal en la que está inmersa desde hace dos años, parece que ya no queda ni rastro de ese “egoísmo” al que la actriz ha hecho referencia.
De hecho, admite que la llegada al mundo de su pequeño cambió por completo sus esquemas y prioridades. “Hasta que no eres madre no te das cuenta de lo egoísta que puedes llegar a ser a veces. Cuando esas personitas pequeñas entran en tu mundo y te das cuenta de que dependen por completo de ti, tus horarios ya no te pertenecen y tus necesidades ya no importan nada. Y empiezas a tener claro que tu vida entera gira alrededor de un niño y no al revés. No soy el tipo de persona que se queja por ello”, reflexiona.