La junta directiva de las Obras Sociales Vicentinas, Osovi, organizó un almuerzo navideño para todas las personas que viven en los hogares de esta fundación.
La Casa del Niño fue el lugar perfecto para la celebración, que comenzó con una misa oficiada por el padre Antonio Quetglas, quien le dio gracias a Dios por permitir realizar esa noble labor por medio de la cual se ayuda a niños y jóvenes en riesgo social.
También funcionan un albergue para ancianos, una granja de rehabilitación en donde reciben atención personas con problemas de alcohol y un pequeño hospital llamado El Buen Samaritano.
“Nuestro objetivo es ayudar a todos los necesitados. Los niños y jóvenes no sólo reciben una buena alimentación, también se les proporciona educación para que puedan ser hombres y mujeres de bien”, expresó Edgardo Fuentes, gerente general de esta fundación.
Labor
En el albergue de ancianos cuentan con personal especializado que colabora en el cuidado de las personas de la tercera edad.
Además, atienden a gente con discapacidades y los enfermos alcohólicos son rehabilitados para que puedan integrarse a la sociedad.
Animó la celebración un grupo musical integrado por muchachos de La Casa del Joven que han aprendido a ejecutar instrumentos en sus ratos libres.
Juan Burgos pertenece a esa banda y dice que en el hogar ha encontrado una gran oportunidad para salir adelante.
“Nos dan alimentos, cuidados y, sobre todo, hemos conocido de Dios”, dijo.
Agusto Calidonio es otro de los jóvenes que se siente muy agradecido por la oportunidad que le han ofrecido. “Hemos encontrado en este lugar una verdadera familia”, expresó.
