24/12/2025
02:23 PM

Fashion weeks el reto de las textileras en 2010

El sector prevé un discreto repunte de ventas en 2010, a través de una expansión a mercados foráneos o bien por medidas de protección de las industrias nacionales.

La crisis global 2009 golpeó al sector latinoamericano del textil para indumentaria, pero apelando a herramientas y mercados propios un gigante como Brasil logró capear el temporal e industrias con producción diversificada como Argentina y Colombia hallaron nuevos caminos para afirmarse.

El sector prevé un discreto repunte de ventas en 2010, a través de una expansión a mercados foráneos o bien por medidas de protección de las industrias nacionales. En algunos países de la región, los factores locales tuvieron una incidencia igual o mayor a la de la crisis mundial.

En Brasil, la fortaleza del mercado interno, ­un 80 por ciento de la facturación, atenuó el efecto de la crisis. De todas maneras, las exportaciones del sector en 2009 bajaron entre 35 y 40%, excluyendo las fibras de algodón, indica el organismo que busca estimular la exportación brasileña, Texbrasil.

En Colombia, la industria textil y de confección es el tercer renglón de la economía nacional y en los dos últimos años tuvo dificultades para exportar a Venezuela, factor que se agudizó en 2009 por el estado de las relaciones políticas entre ambos países.

Esto repercutió en la parte comercial, más teniendo en cuenta que el 65% de las exportaciones colombianas se dirigían a la nación vecina, afirman directivos del Instituto para la Exportación y la Moda, InexModa.

En Argentina, ante la perspectiva de que los productos se vieran sometidos a ofertas a precios irrisorios por la caída del consumo mundial, en 2009 se incrementaron las licencias de importación no automáticas, LNA, de 10 posiciones arancelarias a 160, señalan representantes de la Fundación Pro-Tejer, cuyo objetivo es desarrollar, integrar e impulsar la agro-industria textil y de indumentaria.

Expectativas

Además, dado que Argentina consume moda de contratemporada, los stocks no vendidos en el hemisferio norte se exportan al país sudamericano con precios bajos que restan competitividad al producto local.

El pro-secretario de la Fundación Pro-Tejer, Marco Meloni, explica que cuando en el segundo semestre de 2009 empezaron a hacer efecto las LNA, se registró una caída de la mercadería importada y creció el proyecto de los productores locales de sustituir progresivamente las importaciones con prendas nacionales a lo largo de 2010.

Según la encuesta cualitativa 2010 de Pro-Tejer hecha a cien empresarios argentinos, el 60 por ciento de los sondeados pronostica un aumento de ventas de entre 6 y 13%. Meloni prevé un mayor grado de ocupación en la industria, aunque no será cuantitativo ni inmediato.

Para el año en curso, el director general de Texbrasil, Rafael Cervone Netto, evalúa que habrá una reactivación de la economía brasileña.

Entre otras cosas, compradores internacionales de EUA, la Unión Europea, los mercados asiático y árabe expresaron que a partir de 2010 quieren sustituir algunos productos de China por los de Brasil. El dato no es menor, en vista de que China es el primer productor mundial de textiles y Brasil el sexto.

Para Colombia, trasladar la dependencia de Venezuela a otros mercados será un proceso largo que ya comenzó, porque el empresario colombiano “revalorizó el mercado local y afianzó en él su aceptación, fortaleciendo las marcas propias, con un alto impacto en el diseño”.

Valor agregado

“Creemos que México, Perú, EUA y Canadá pueden ser mercados de interés y futuro, pero tomará tiempo crecer en las magnitudes de Venezuela. El fortalecimiento del peso frente al dólar ha llevado a que nuestros productos sean más costosos en los mercados internacionales, por eso debemos trabajar con mayor valor agregado en nichos específicos.

Respecto a cómo competir con el gigante asiático, Colombia está desarrollando productos textiles con valor agregado, “ya que es la única manera de diferenciarse y competir con China”, señalan directivos de InexModa.

Hay creadores de moda que transforman los textiles con técnicas propias y con el mismo diseño, generando así telas únicas, como Francesca Miranda, Beatriz Camacho, Olga Piedrahita y Juliana Correa.

“Un ejemplo fue la evolución de las sandalias hawaianas: de ser un producto de muy bajo coste y popular en Brasil, logró un altísimo valor porque consigue expresar un sentimiento agregado al producto, el sentimiento de alegría, típico de la identidad brasileña”, apunta Cervone Netto.