El ex esposo de Britney Spears, Jason Alexander, ha revelado que intentó colarse en la boda de la cantante con Sam Asghari para “asegurarse de que ella estuviera bien”.
El hombre de 40 años añadió en una entrevista con DailyMail.com que no asistió al esperado evento para “causar daños” y aseguró que ha mantenido contacto con Britney en los últimos dos años. “No podía dejar que se casara después de lo que habíamos conversado en los últimos dos años. No estaba allí para causar daños. Sólo fui para hablar con Britney y asegurarme de que estaba bien y de que esto era lo que ella quería. Hablé con ella el lunes anterior a la boda y no mencionó nada sobre casarse. Hablamos de la gente con la que se junta y que la llama sus amigos. Socios de negocios que se benefician de ella. La mayoría de la gente no es consciente de lo que ha estado ocurriendo en el fondo”, aseguró.
Y es que para Jason, la boda y vida de la cantante no es más que un show: “Todo es un espectáculo. Un guión de Hollywood. No creo que ella sea feliz. Todo eso no es real”.
El pasado mes de junio, Jason escaló una valla para entrar en la casa de la intérprete de ‘Toxic’ el día de su boda y fue abordado por los guardias de seguridad. Dos meses después fue condenado por allanamiento de morada y agresión después de que se grabara a sí mismo irrumpiendo en la boda de la cantante, armado con un cuchillo y vestido con un mono blanco de prisión.
Britney y Jason, amigos de la infancia, se casaron en Las Vegas en 2004, pero el matrimonio sólo duró 55 horas antes de ser anulado. El hombre fue acusado inicialmente de un delito de acoso por negarse a abandonar la propiedad de la cantante, por vandalismo y agresión.