En ocasiones, la actitud de algunas personas, que nos tratan de forma ofensiva o insultante, despierta nuestra propia hostilidad y, a veces, nos hace reaccionar de manera inconveniente.
Pero eso no significa que como mujer no pueda ponerse un escudo protector contra quienes olvidan el tacto, al contrario, aprender a neutralizar la insolencia es de las mejores cosas que puede aprender.
“La primera línea de defensa para mantener a raya a las personas insolentes consiste en construir un firme escudo de protección psicológica y tenerlo siempre a mano”, aconseja la divulgadora María Blanco Brotons, experta en psicología.
Y es que en ocasiones una mala contestación desemboca en un enfrentamiento, ya que el mal humor se transmite de unos a otros, “el trato desconsiderado se propaga como un virus, porque el simple hecho de sufrir una descortesía nos violenta y enfada”, comenta Blanco.
Respuesta positiva
Así en vez de dejarse llevar por la insolencia de otros es mejor tener en cuenta que “con frecuencia, ésta se asocia a ciertas etapas de la vida, como la adolescencia y se asume como algo relativamente normal.
No obstante, también puede ser interpretada como arrogancia y maldad que se manifiesta en falta de respeto a otros seres humanos”, explica la doctora Angie Vázquez, psicóloga clínica y social-comunitaria, de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
También puede predicar con el ejemplo, “cosas sencillas como evitar decir palabrotas en nuestro hogar tienen un efecto positivo, porque las expresiones malsonantes nos predisponen a comportamientos hostiles”, recomienda Blanco.
De este modo, con nuestro escudo de protección usted puede aprender a negociar dentro de un entorno hostil, pues si se siente spsicológicamente a salvo y segura, será capaz de hablar de forma relajada y tenaz.