Es un verdadero encanto tropical, con una fusión ecléctica de antiguedades y un toque tropical. Así es el sueño de una joven pareja que siempre encontró inspiración en las casas de República Dominicana, sentimiento que fue presentado ante el arquitecto Elías Bendeck, quien les hizo realidad su gran anhelo.
Inspirado en la madera, la piedra de cantera, hierro y cerámica logró hacer de esta villa un verdadero aposento para descansar y disfrutar. Cada detalle de la decoracion fue supervisado por sus propietarios: detalles antiguos, piezas de arte, figuras religiosas y adornos artesanales. El elemento que más abunda en casi toda la casa es la madera, lo que le aporta color y calidez.
Todo el trabajo de madera que lleva la casa fue elaborado por manos de ebanistas hondureños que lograron captar a la perfección las exigencias de sus dueños. Al cruzar el umbral, te encuentas con un domo veneciano decorado con una bella pintura elaborada por la arquitecta Pamela Letona.
Otra verdadera obra de arte son los vitrales que filtran la luz en todo el contorno de la casa, que fueron realizados en Trujillo. Así es esta verdadera joya de arte, diseño y claro un estilo de vida que se ve reflejado por el gusto exquisito de sus propietarios.
