No sólo Lynne, la madre de Britney Spears está horrorizada por el cambio de vida de su hija a la que parece no importarle las fotografías publicadas en todos los medios en las que Paris le pone una mano sobre su pecho desnudo, o en las que sale de un coche sin ropa interior.
También las autoridades californianas, en concreto el organismo de protección de menores quiere que la cantante les explique un par de cosas.
Se trata de averiguar si Britney está capacitada para seguir educando a sus hijos o no.
Lynne quiere que Britney deje de una vez por todas tanta fiesta y tanto alcohol y se ocupe de sus hijos como hacía cuando todavía estaba casada con Kevin Federline.
Según cuentan medios estadounidenses, madre e hija han tenido una conversación muy seria al respecto.
Sean Preston tiene sólo un año y el bebé, Jayden James nació hace dos meses. Por mucho dinero que invierta en niñeras, no es lo mismo, opinan tanto la madre de Britney como las autoridades.
Además, no hay que olvidar que a Kevin le encantaría quitarle la custodia de sus hijos a Britney, aunque sea para hacerle daño o chantajearla para sacarle más dinero.
Cargo de conciencia
La cantante parece que ha hecho examen de conciencia y ha anunciado que volverá al sendero de la discreción.
Y es que desde que hace un mes tomara la decisión de presentar los papeles de divorcio de su marido, el bailarín y rapero Kevin Federline, Britney entró en un círculo de noches de juerga, escándalos y miles de instantáneas en actitudes más o menos comprometidas.
Britney Spears no lo tiene fácil. No es la primera vez que los servicios sociales norteamericanos le hacen una visita para aclarar ciertos comportamientos con sus hijos.
Antes de que naciera el segundo, tuvo que darles explicaciones tras haber sido fotografiada conduciendo su descapotable con el pequeño Preston en el regazo.
Citatorio
Las autoridades ya han fijado una cita para hablar de los dos hijos de la cantante y Kevin Federline: Sean y Jayden.