Electrónica en forma

La ciudad norteamericana de San Francisco acogió, en junio, el mayor campeonato robótico abierto del mundo registrado por el libro de Guinness de récords mundiales. Un total de 19 países en 58 acontecimientos con 176 equipos, 482 entradas, 504 robustezas, y 563 ingenieros celebraron a lo grande, lo anteriormente conocido como ROBOlympics, el ahora renombrado RoboGames. Esta competencia, donde admiten cualquier tipo de robot que pueda hacer algo inteligente, invita a las mejores mentes del mundo para competir dentro de 70 diversos acontecimientos, dentro de las cuales ocho son para humanoides, entre las que están fútbol, sumo, hockey o baloncesto u otras más específicas como extinción de incendios, exploración o arte. La categoría estrella, es el combate a “muerte” que tiene lugar en un recinto a prueba de balas y que enfrenta a 340 robots de diferente origen y con distintos armamentos cuyo único objetivo es destrozar a su rival. Una vez que empieza la lucha, la deportividad brilla por su ausencia y las máquinas ponen en marcha sus mecanismos de ataque y defensa, que pasan de escupir fuego, levantar y lanzar al contendiente hasta despedazar su estructura metálica como si fuera mantequilla con unas afiladas espadas giratorias. Las robustezas que no caben en una categoría específica pueden incorporarse al “mejor de la demostración” que puede ser cualquier clase de “máquina” que hace cualquier cosa. Los acontecimientos de la liga menor se fijan específicamente para los constructores de robots menores de 18 años. Robo Games fue fundado por David Calkins como el ROBOlympics en 2004 donde 11 países hicieron sus presentaciones en 31 acontecimientos con 173 equipos, 414 entradas, 430 robustezas, y 547 ingenieros. Calkins trabajaba con distintos tipos de competencias robóticas y se dio cuenta de la necesidad de un evento magno para constructores especializados. Reunió así distintos creadores de combate en robótica como ingenieros mecánicos, junto con los de fútbol, avalados por programadores de computadora. También incluyó robótica de sumo con sensores, androides de control remoto y las robustezas del arte o estéticos. El objetivo, intercambiar las ideas y mayor aprendizaje.“Éste es un evento abierto,cualquiera puede participar, lo que permite que diferentes constructores se conozcan, algo que no ocurriría si no fuese por los juegos”, dice David, quien califica la competencia como un “encuentro de mentes”. La segunda meta del fundador es dar reconocimiento a la creación de ingeniería mundial a través de varias disciplinas premiadas en oro, plata y bronce. Ahora Robo Games,luego de 4 años, cuenta con un registro en el libro de récord mundiales como el evento más grande del mundo en robótica.