“Chusma, chusma”, “no me simpatizas”, “¡ya cállate, que me desesperas!”... son frases recurrentes de la mítica serie infantil El chavo del ocho, lamentos que se oyeron incluso tiempo después de que las cámaras dejasen de grabar.
La serie, estrenada el 20 de junio de 1971 y que acabó nueve años después, se vio jalonada por las desavenencias dentro del reparto y después por los derechos de autor de los personajes, culminadas con el último encuentro en los tribunales entre el Chavo y la Chilindrina, cuyo fallo -emitido el pasado julio- ha dado la razón a María Antonieta de las Nieves.
Las continuas reposiciones del show han llenado de alegría las tardes de muchos niños, con las desventuras del pobretón Chavo del ocho y sus amigos Quico y la Chilindrina, quienes vivían en una bonita vecindad, como cantaban en uno de sus más recurrentes temas, compuesta por el cascarrabias don Ramón, la madre de Quico, doña Florinda; y doña Cleotilde, también llamada La bruja del 71.
Odio en el plató
El chavo del ocho fue una creación, en cuerpo, voz y alma, del comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, de nombre artístico Chespirito, en alusión al dramaturgo Shakespeare, considerado el padre de la serie y de sus personajes, en especial del Chavo protagonista, cuyo nombre real jamás se llegó a conocer.
La fama de la serie a lo largo de los años 70 en Televisa se extendió a giras por América con sketches y bailes en directo, y despertó una atención mediática que, según el actor Carlos Villagrán, quien interpretaba a Quico, fue uno de los gérmenes del fin de El chavo del ocho.
“Quico es el que más dinero le dejó al Chavo”, afirmó Villagrán en una entrevista a Frecuencia Latina en 2011, convencido de que lo sacaron del programa porque su personaje empezó a tener mayor popularidad que el protagonista: “En las ruedas de prensa el 75.8 % de las preguntas eran para Quico, y eso despertó envidias, egoísmos, celo profesional”, señaló un año antes.
Otros aseguraron que Florinda Meza, actriz que interpretaba a la madre de Quico y compañera sentimental de Villagrán, fue otra causa de la escisión entre los dos protagonistas, ya que fue abandonada por su compañero durante el rodaje de un episodio, y luego se vinculó con el director del programa, Enrique Santiago, para terminar con el propio Chespirito.
Tras la partida de Villagrán fue Ramón Valdés, intérprete de don Ramón o Ron Damón como lo llamaba el Chavo, quien abandonó el programa por solidaridad con aquel, según afirma este último, a quien acompañó en varios proyectos televisivos hasta su muerte en 1988 por cáncer de pulmón, enfermedad que también se llevó a Angelines Fernández, La bruja del 71, tan solo tres años después.
Derecho a hacer reír
El principal problema surgido tras el fin del show fue la negativa de Gómez Bolaños a que ninguno de los actores se lucrase con los personajes de su serie y los registró a su nombre para que nadie pudiera interpretar creaciones fuera de El chavo del ocho, patente con la que solo se le adelantó María Antonieta de las Nieves, la Chilindrina.
Así, Bolaños denunció a Villagrán por el empleo de Quico, demanda que obligó a su antiguo compañero a usar la imagen con el nombre de Kiko, algo que el actor no le ha perdonado. El mismo litigio se produjo con María Antonieta de las Nieves, por la Chilindrina, caso que tras 12 años ha llegado a su final con la victoria de la actriz. “Ahora la Chilindrina es solo mía”, señaló desde Lima, Perú, tras conocer el fallo judicial.La actriz aseguró: “Ni bien recibí la noticia me tumbé por completo. El proceso fue para mí un desgaste total, pero aunque lo que pasó fue muy duro, ahora pude decir que fue un triunfo.
Ahora la Chilindrina prepara un libro autobiográfico, pero se cuida de no contar algo que pueda molestar a sus excompañeros, como Bolaños, pues, según dijo, “aunque ustedes no me crean, quiero muchísimo a Chespirito”.
Villagrán felicitó a María Antonieta de las Nieves al día siguiente de conocerse que había ganado el juicio, convencido de que “se hizo justicia”, y aprovechó para comunicar su retiro definitivo como Kiko al tiempo que anunció la inminente publicación de su autobiografía, Eternas gracias, que recogerá en su mayoría anécdotas de El chavo del ocho.