Michelle Obama, considerada por los especialistas franceses en moda la primera dama estadounidense mejor vestida desde Jackie Kennedy, consolidó su prestigio durante su viaje a París con clásicos de diseñadores estadounidenses.
La mujer que puso a minoristas sin pretensiones como J. Crew en el mapa de la moda reveló debilidad por la alta costura francesa y llevó a sus hijas a la exclusiva tienda para niños Bonpoint.
La visita de Michelle a París fue promovida como una revancha del 'duelo de fascinación' frente a la glamurosa primera dama francesa, la supermodelo y cantante Carla Bruni-Sarkozy.
Las dos aparecieron juntas frente a las cámaras durante la conmemoración del Día D en Normandía, ambas con vestidos notablemente similares, de color blanco cremoso y largo hasta la rodilla, con cinturones contrastantes y zapatos de aguja de tres centímetros y medio.
Los tacones altos fueron una novedad en el vestuario reciente de Bruni-Sarkozy, una italiana piernilarga de 1,75 metros de estatura que desde su casamiento con el presidente francés Nicolás Sarkozy, de baja estatura, prefiere aparecer en público con zapatos sin tacón.
Su vestido era de la firma de Christian Dior, su favorito. El de Michelle era de Narciso Rodríguez, uno de los varios diseñadores estadounidenses que prefiere.
El semanario francés de modas Elle dijo que parecían 'mellizas' y elogió su aire 'sofisticado, femenino' parecido al tipo de la década de 1950.