Jack Black es sinónimo de carisma, energía desbordante y una filmografía tan diversa como memorable. A lo largo de los años ha sabido construir una carrera sólida en la comedia, la animación y el cine familiar, y en 2025 volvió a estar en el centro de atención gracias a proyectos como “Una película de Minecraft” y la reciente “Anaconda”.
Cuando se piensa en su legado cinematográfico, títulos como “Escuela de rock” suelen encabezar la lista. Sin embargo, hay una producción menos predecible que ocupa un lugar especial en el corazón del actor y que, incluso hoy, le despierta el deseo de regresar a ella.
En una entrevista con ScreenRant, Jack Black confesó que la película que le gustaría retomar no es otra que “Super Nacho”, conocida en Estados Unidos como “Nacho Libre”. Sobre ese personaje, el actor fue claro y directo: “todavía me gustaría ser Nacho Libre”.
Estrenada en 2006 y dirigida por Jared Hess, la comedia se convirtió en un fenómeno inesperado. Su éxito fue tal que incluso llegó a tener un videojuego para Nintendo DS, algo poco común para una película de este estilo. En 2026 se cumplirán veinte años desde su debut en cines, una cifra que vuelve a ponerla en conversación.
Black reconoce que pensar en una continuación no deja de ser extraño. “Sería raro” volver a esa historia después de tanto tiempo, admitió. Aun así, el simple hecho de que el actor lo mencione ha despertado entusiasmo entre los seguidores del peculiar luchador enmascarado.
El posible reencuentro creativo no sería descabellado. Jared Hess, director de “Super Nacho”, también trabajó recientemente con Black en “Una película de Minecraft”, lo que demuestra que la química profesional entre ambos sigue vigente y podría abrir la puerta a nuevas ideas.
La sinopsis original de la cinta presenta a Ignacio, un hombre sin grandes habilidades que creció en un monasterio en México y ahora trabaja como cocinero. Su comida es un desastre, pero su cariño por los huérfanos que alimenta es genuino. Para mejorar sus vidas —y llamar la atención de la hermana Encarnación— decide probar suerte como luchador de lucha libre.
Bajo una máscara azul y acompañado por Esqueleto, un aliado tan flaco como improbable, Nacho inicia una doble vida. Mientras las monjas condenan la lucha libre, él se enfrenta a rivales cada vez más duros, impulsado por una mezcla de ingenuidad, valentía y torpeza que terminó conquistando al público.
Aunque en su momento dividió a la crítica, “Super Nacho” funcionó en taquilla. Con un presupuesto cercano a los 35 millones de dólares, logró recaudar más de 129 millones a nivel mundial. Además, se posicionó como una de las películas de acción real más exitosas de Nickelodeon, solo superada por “Una serie de catastróficas desdichas”.
Con el paso del tiempo, la película ganó estatus de culto. No por premios ni reconocimientos formales, sino por el afecto que generó: diálogos inolvidables, escenas absurdas y un protagonista exagerado, pero profundamente humano.
Resulta llamativo que, pese a una carrera repleta de continuaciones —cuatro “Kung Fu Panda”, dos “Jumanji”, dos “Goosebumps”, una nueva “Super Mario Bros.” en camino y hasta una secuela de “Minecraft” en desarrollo—, esta sea la historia que Black siente inconclusa.
A lo largo de los años, incluso se llegaron a discutir ideas poco convencionales para una posible secuela, como llevar a Ignacio a Japón, uno de los grandes epicentros de la lucha libre profesional. Una propuesta extravagante, sí, pero coherente con el espíritu del personaje y con la imaginación sin límites que siempre ha acompañado a Jack Black.