Hace cuatro meses Jonathan Figueroa (de 31 años) y Bryan Díaz (35), iniciaron una aventura de tener un restaurante propio, estos jóvenes cocineros que no le tienen miedo a los riesgos, de ningún tipo, hoy poseen lo que creían imposible, tener un proyecto gastronómico.
Jonathan Figueroa contó que, el emprendimiento nació de la pasión que ambos sentían por los asados. “Hacíamos para nuestro amigos, nos reuníamos, siempre nos decían que por qué nosotros no poníamos un restaurante y en una cena decidimos ponerlo”.
En una casona en medio de la naturaleza y con un concepto rústico, funciona el flamante restaurante Pimienta Negra, cuya carta está a cargo de Jonathan, siendo el chef del lugar, Bryan. Atrás, hay un mirador adornado con luces de colores (en la noche), desde el cual se puede apreciar la bella ciudad de San Pedro Sula; además, cuenta con una área para niños.
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”Los planes eran empezar el negocio en la calle hasta que encontramos este hermoso local, después de muchas veces de dialogar con los dueños ellos accedieron”, exteriorizó Figueroa.
Agregó que en la limpieza y remodelación del local, él y su socio fueron la pieza clave, ya que, no tenían suficientes recursos para pagar mano de obra.
Asimismo, expresaron que pese al entusiasmo puesto en el negocio hace tres semanas iban a cerrar el lugar porque “no teníamos la publicidad tampoco llegaban clientes”.
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La originalidad de Pimienta Negra no solo está en sus sabores, sino en la estética del espacio, sus muebles, sus paredes con ladrillos desnudos, también lo distingue de otras propuestas.
Si bien, comenzaron siendo solo cuatro empleados, posteriormente se sumaron otras personas . Hoy, Pimienta Negra, cuenta con 15 colaboradores.
En este bello y freso lugar, según relataron los propietarios, se han casado dos parejas, otras tres se comprometieron en matrimonio; mientras que, unos padres supieron el sexo de su bebé.
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Ubicado a 300 metros después del antiguo peaje salida al sur, en un espacio íntimo, que abre de lunes a domingo, con una propuesta entre moderna y clásica. Un menú de al menos cinco platos, en los cuales el ingrediente que predomina es la pimienta negra, con opciones de carnes y variedad de hamburguesas.
”Un sueño hecho realidad, que hoy se está materializando gracias al apoyo de todos los sampedranos, quienes somos consumidores fieles a los emprendedores. Mi inspiración es mi familia que día con día creen en este sueño al igual que mi persona”, concluyó el emprendedor.
Por cada compra que hagas en este restaurante, sus propietarios donan el 5% a la Fundación Amor y Vida, aseguraron Figueroa y Díaz.