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Ni lo intente: predecir el mercado es una tarea imposible

  • 30 diciembre 2013 /

Washington, Estados Unidos

Los oráculos que en Wall Street se conocen como estrategas han hablado: el índice S&P 500 aumentará 6,4% para fines de 2014. Pero las pruebas demuestran que los resultados serían igual de acertados si uno mismo adivinara.
No debería ser así. Los estrategas utilizan modelos complejos para pronosticar el crecimiento de las ganancias, las relaciones precio-utilidades y otros factores que mueven a los mercados. En el siglo XXI, ese esfuerzo no ha servido para nada.

Miremos las predicciones que los estrategas hicieron en diciembre de 2012, intentando pronosticar el desempeño del S&P 500 este año.

La firma de investigación Birinyi Associates reunió este tipo de proyecciones de 11 estrategas de las firmas más grandes de Wall Street, incluyendo Morgan Stanley y Bank of America . En promedio, los analistas estimaron que el S&P 500 aumentaría 8,2% en 2013. En realidad, el S&P 500 había ascendido 27,5% al cierre del 21 de diciembre (sin incluir dividendos), lo cual implica una diferencia de 19,3 puntos porcentuales.

Para poner eso en perspectiva, supongamos que usted pega una lista en la pared de todos los cambios porcentuales al año del S&P 500 desde 1929 y después lanza un dardo a ciegas.

En más de la mitad de los lanzamientos, el número en que caiga el dardo sería más cercano al verdadero cambio de 2013 que al consenso de los analistas para este año, según muestra un análisis de The Wall Street Journal, basado en datos de Birinyi y retornos históricos.

Los analistas también han tenido peores resultados que el lanzador de dardos en 2000, 2001, 2002 y 2008. Ganar 10 de 14 juegos no sería tan malo, si no fuera contra un oponente tan poco sofisticado.

Pronosticar los retornos de las acciones con un año de anticipación es extraordinariamente difícil. A menudo, no prever un gran evento, como la decisión en septiembre de la Reserva Federal de no reducir su programa de compra de bonos, puede representar la diferencia entre estar cerca o desfasarse por completo, afirma Tobias Levkovich, estratega jefe de renta variable en EE.UU. para Citigroup.

En diciembre de 2012, Levkovich estimó que el S&P cerraría en 1.615 puntos este año. Por eso fue el estratega más cercano entre los que sigue Birinyi, pero la estimación aún parece destinada a ser demasiado baja. El lunes 30 de diciembre, el S&P 500 cerró a 1.841,07 puntos.

Levkovich afirma que cree que el progreso sobre la aprobación de un presupuesto en el Congreso de EE.UU. también ha sido un factor positivo inesperado para el mercado.

Barry Bannister, estratega de Stifel, predijo en diciembre de 2012 que el S&P 500 cerraría en 1.600 este año.

Bannister afirma que los estrategas son “más parecidos a corredores de larga distancia que a pilotos de carreras”, es decir, que son buenos para hacer predicciones en rectas pero suelen llegar demasiado tarde o temprano cuando el mercado cambia de tendencia. El analista afirma que no anticipó la “efervescencia” de 2013 y cree que el mercado se mantendrá estable en 2014.

Los inversionistas no deberían esperar que las predicciones del mercado sean exactas. Algunos estrategas sólo tienen una predicción estándar pero también otras para el peor de los casos y el mejor de los casos. Pero al hacer pronósticos, hay que establecer parámetros.

Las acciones tienen cambios de precios históricos para el S&P 500. Estrategas de acciones usan modelos complejos para intentar ser más precisos, pero si esa capacidad de análisis no produce un pronóstico más preciso, bien podemos seguir observando los retornos históricos.

Desde 2000, los estrategas no acertaron en la parte baja del espectro. Por un lado, nunca pronosticaron una caída en las acciones. El sesgo alcista tiene más sentido: las acciones subieron en 55 de 85 años desde 1929.

Pero el optimismo también podría reflejar la tendencia de Wall Street de perdonar a los estrategas demasiado optimistas que terminan equivocándose, afirma Levkovich, quien cree que el S&P subirá a 1.900 puntos el año que viene.


Pero el tema más general podría ser más simple: pronosticar el mercado bursátil de forma precisa es extremadamente difícil, si no imposible, sostiene Masako Darrough, profesora de contabilidad de Baruch College, quien ha estudiado sesgos de los analistas en los pronósticos de ganancias.