04/12/2025
09:51 PM

Modista en EUA cruza barreras del idioma con sus prendas de calidad

San Pedro Sula, Honduras.

El mundo que la sampedrana Laura Gonzales crea con sus manos es colorido, lleno de detalles y creatividad al máximo.

Su talento como diseñadora y modista cruza las barreras del idioma y la cultura norteamericana, abriéndose paso en los Estados Unidos tras casi 11 años desde que se separó de su familia y amigos para seguir sus sueños.

Su historia de éxito es prueba de que la calidad es una herramienta esencial para tener presencia y permanencia en cualquier mercado.

Esta es una cadena donde los clientes deben quedar satisfechos y así te recomiendan

Laura Gonzales, emprendedora hondureña
El camino hasta captar una amplia clientela con su negocio Laura Fashion Designer no fue nada fácil, pero su trabajo le abrió puertas.

“Llegar a un lugar donde no tienes nada y salir adelante es muy difícil, pero he tenido la oportunidad de trabajar con personas que nunca imaginé conocer”, relata.

Sus inicios fueron haciendo alteraciones en diseños de interiores para producciones cinematográficas que se filmaban en esa sureña ciudad.

Gracias a su talento ganó la confianza de sus jefes, que la recomendaron a más personas, hasta que logró abrir su propio negocio.

“El mismo trabajo te recomienda y te va haciendo crecer, ya que esta es una cadena donde tu cliente debe quedar satisfecho”, refirió.

Aunque apenas tenía un nivel básico del inglés, la hondureña asegura que el idioma no es una barrera para definir el éxito. “Creo que no ha sido mi caso, pues la mayoría de las personas hasta han intentado hablar español para que pueda trabajarles”, cuenta entre risas sobre una de las experiencias más gratificantes de su trabajo.

Aprendizaje

Laura asegura que sigue aprendiendo y a largo plazo ambiciona en grande. “Creo que trabajo en las mejores boutiques de Nueva Orleans que están en revistas, editoriales y canales de televisión. En un futuro me veo haciendo mi propia colección de ropa”, cuenta Gonzales, quien agrega que no ha tenido la oportunidad de visitar Honduras.

Sin embargo, su sueño es expandir su trabajo y compartir sus conocimientos en el arte y oficio del diseño con más personas. “Creo que estoy en deuda con la vida y con las personas que me han ayudado. Tengo el sueño de enseñar; lo tengo presente”, asegura.

Entre otras de sus aspiraciones destaca el convertirse en una maquilladora profesional, agregando que no deja de aprender, ya que el conocimiento es para ella una plataforma a nuevos sueños.