Hugo Noé Pino, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), dijo en una entrevista exclusiva a LA PRENSA que Honduras tiene la carga tributaria más alta de Centroamérica con 17.5%.
El sistema tributario en Honduras no tiene equidad. Cuando uno analiza la estructura de impuestos se da cuenta que el 70% son indirectos (gravan el consumo), o sea que lo paga la población y el 30% son directos (gravan la riqueza y el ingreso) es decir, lo que más mayor capacidad tienen de pagar. Debido a una serie de factores como evasión fiscal, exoneraciones, mala administración tributaria, el peso de los impuestos recae en la población que menos tiene.
Sí, el año pasado llegó a situarse en 17.5% con relación al producto interno bruto, y se convirtió en la carga impositiva más alta de la región. Es importante decir que los impuestos que pagan los países centroamericanos están muy por debajo de Latinoamérica, donde el promedio es de 22%; sin embargo, lo que pasa es que en esos países los impuestos están relacionados con mejores resultados de programas sociales y seguridad en beneficio de la población.
El problema es que las prioridades no son las correctas. En el presupuesto 2016 se aumentó a Seguridad 54%, 24% a Defensa. Mientras en Salud y Educación el aumento solo fue de 15% y 11%, respectivamente. Desde 2010 hasta 2016, al presupuesto de Defensa se aumentó 160%, a Seguridad 100%, salud 31% y Educación 19%.
No si se mantiene la reducción del déficit fiscal como hasta ahora; esa preocupación la tuvimos en 2013 porque el déficit fiscal iba en aumento, pero en los dos últimos años este se ha reducido sustancialmente de 7.9% a 3.2%, y eso permite que, aunque la deuda siga aumentado, el ritmo con que lo hace sea bajo. Es importante que en los últimos años que le quedan al Gobierno no se repita el ciclo político de aumentar el déficit fiscal. Hay que aclarar que el peso de la deuda no ha desaparecido. Este año, Honduras pagará L30,000 millones en servicio de deuda (intereses más amortización de capital).
Creo que en esto va a contribuir mucho la Ley de Responsabilidad Fiscal que se aprobó hace unos días. La normativa ayudará a controlar el déficit fiscal y fijando montos límites de aumento de gasto, quiere decir que los próximos Gobiernos no podrán incrementar los gastos como antes. Solo se podrá extender si existe alguna eventualidad. El éxito de la ley dependerá de su cumplimiento.
En el caso de la Enee, el problema es que el Gobierno tomó la vía más fácil para intentar resolver el problema: aumento de tarifas y despido de personal, y uno de los puntos importantes para rescatar a la estatal, es reducción de las pérdidas del 30% que actualmente registra por la distribución. Por otro lado, el hecho que se contratara energía renovable, aunque sea limpia, a precios sumamente altos no ha permitido que la estatal salga del atolladero económico. El caso de Hondutel, es menos complejo porque esa institución ha quedado reducida a su mínima capacidad, el problema ahí es que no está definido que quieren hacer con ella.
El Índice Mensual de Actividad Económica (Imae)a enero indica que el crecimiento es modesto y a un nivel bajo de absorción de empleo, un comportamiento bastante similar al de 2015. Los sectores que más crecen es el financiero, telecomunicaciones, energía y construcción que muestra una leve recuperación; esto nos traerá un crecimiento de 3 y 3.5%.
Nunca hemos crecido a ese nivel y dudo que lo hagamos. Uno de los períodos de mayor crecimiento del país fue 2004-2007, cuando alcanzamos un 6%, para recuperar ese ritmo se requieren no solo esfuerzos internos sino externos, ya que Honduras es una economía que depende mucho del exterior. Los motores de crecimiento del país están fuera: exportaciones, remesas, préstamos, entre otros. El problema es que el panorama internacional no es alentador. Estados Unidos no se ha recuperado lo suficiente para crear confianza en que se mantendrá así. En Europa, hay una incertidumbre tremenda y los países emergentes tienen serios problemas de crecimiento. Por ejemplo, China registra una disminución en su tasa de crecimiento.