El Gobierno japonés aprobó ayer una nueva partida presupuestaria para limpiar los escombros, restaurar edificios y construir viviendas provisionales para decenas de miles de damnificados que viven en la precariedad desde el terremoto del 11 de marzo.
El Consejo de Ministros envió al Parlamento una solicitud de créditos adicionales por unos 5 billones de yenes (48,000 millones de dólares) para financiar el inicio de la reconstrucción en el noreste del país devastado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo.
La Cámara baja iniciará el examen del proyecto el 28 de abril.
De esta partida, unos 14,600 millones de dólares se destinarán a la rehabilitación de infraestructuras públicas, unos 4,375 millones para la construcción de viviendas provisionales, y casi cantidades similares a esta última para el tratamiento de escombros y para la construcción de escuelas y reforzar la protección antisísmica.
El gobierno de centro izquierda de Naoto Kan evalúa en 25 billones de yenes (unos 210,000 millones de euros) los daños producidos por la catástrofe, sin contar el impacto que para la economía ha tenido el cierre o la reducción de la actividad de muchas empresas a consecuencia del accidente nuclear de la planta de Fukushima.
El Gobierno, que trata de evitar de endeudar más al Estado -la deuda pública japonesa casi dobla al PIB anual-, anunció que no emitirá más obligaciones para financiar estos gastos imprevistos.
Los fondos provendrán de la suspensión parcial de la gratuidad de las autopistas o de la reducción de la ayuda pública para el desarrollo de otros países.
El terremoto de magnitud 9 del 11 de marzo y sobre todo del tsunami que lo siguió provocaron unos 28,000 muertos y desaparecidos en el noreste de Japón.
Normalidad en diciembre
Por otra parte, la firma japonesa Toyota, mayor fabricante de automóviles del mundo, anunció ayer que espera recuperar un ritmo de producción normal a fines de noviembre o en diciembre, tras las limitaciones sufridas por la falta de partes a raíz del seísmo del 11 de marzo pasado.
La compañía espera que el proceso de normalización de la producción arranque en julio en varias plantas de Japón y en agosto en las del resto de países en los que fabrica.
El terremoto y el tsunami del 11 de marzo han disminuido considerablemente las operaciones de Toyota, principalmente por la interrupción en la cadena de suministros de las partes necesarias para la fabricación de vehículos.
Por ello, la empresa anunció esta semana una reducción temporal de su producción de vehículos del 50% en Japón, del 70% en Estados Unidos, México y Canadá, y de entre un 50 y un 70% en China. La catástrofe también ha afectado a otras grandes compañías niponas del motor como Nissan, segundo fabricante del país, y Honda, tercero.
