19/04/2024
01:14 PM

Los minisupermercados causan furor en Taiwán

Estos negocios están muy arraigados en la cultura local gracias a su conveniencia.

Taipéi, Taiwan.

Todos los días, Yata Wang visita un minisupermercado para el desayuno. Regresa después del almuerzo en busca de algún pos­tre. Después, el té de la tarde. Luego, un snack para la noche.

“Los minisupermercados son como el arroz con carne de cer­do”, asevera Wang, un vendedor de arte en Taipéi en referencia a un plato típico de Taiwán. “Están en todos lados pero uno sigue an­helando su sabor”.

Esta clientela apasionada y de alta frecuencia es habitual aquí, y con razón. Los minisupermercados de Taiwán son de los más útiles del mundo.

Además de los refrigerios bá­sicos, estas tiendas o cigarrerías proveen una creciente oferta de servicios, incluyendo lavandería, reservaciones para trenes y con­ciertos, pagos de multas y servi­cios públicos, comidas calientes y lugares para dejar el correo y re­coger libros. Además entregan a domicilio todo tipo de cosas: des­de refrigeradores hasta banquetes de varios platillos.

Las tiendas avanzan hombro con hombro en zonas urbanas como Tai­péi. Pero cuando uno visita Alishan Mountain o vuela a las remotas islas taiwanesas de Penghu, encontrará al menos algunos de estos negocios resplandecientes que saludan a los clientes con un timbre que empieza a sonar cuando se llega a la puerta y los dependientes que repiten “huan­ying guanglin, huanying guanglin” (“bienvenido, bienvenido”) cada vez que un pie cruza el umbral.

La abundancia de estas tiendas en Taiwán ha generado un profun­do fervor en la población. Tanto es así que este año cientos de personas pagaron hasta US$46 por un asiento en un teatro de Taipéi para ver una obra musical sobre la mascota de 7-Eleven en el país, Open-Chan (su nombre proviene de la operación de 24 horas de 7-Eleven).

La empresa promociona a Open-Chan, un perro extraterrestre del planeta Open, como “el primer vo­cero de caricatura en la industria minorista de minisupermercados de Taiwán”. También cuenta con un álbum musical, un centro comercial y un parque de diversiones que lleva su nombre.

La mascota de 7-Eleven sumó obras musicales a su repertorio con “La Gran Aventura del Planeta Má­gico”. En el musical, Open-Chan se mueve con sus acompañantes al son de letras como “las palabras mági­cas son Open, Open, Open”.

“Simplemente quiero mucho a Open-Chan”, dijo Huang Shulin, una maestra de Taipéi, en una de las fun­ciones. “Colecciono todo lo que ten­ga su cara. Muñecas. Bolígrafos”.

Aunque los obsequios de las tien­das a menudo son considerados de bajo nivel, los minisupermercados de Taiwán han ascendido a niveles de prestigio más altos.

Un viernes reciente, Richard Kao, empresario de Taipéi, compró enor­mes cantidades de comida en un 7-Eleven con el fin de obtener sufi­cientes stickers para ganarse un des­pertador de edición limitada. “Quie­ro 20 despertadores”, le dijo Kao al dependiente. “Compraré lo que sea necesario para obtenerlos”. Kao dijo que planeaba regalar los desperta­dores a sus clientes.

El motivo por el que a los taiwaneses les gustan tanto los minisupermercados sigue siendo tema de debate. Según un argu­mento, la fascinación se remonta a la tienda general de Taiwán, un fe­nómeno muy establecido antes de que la isla se convirtiera en una po­tencia económica moderna. Otros afirman que viene del estilo de vida activo de los taiwaneses, que debi­do a la tendencia de trabajar mucho viven solos y no saben cocinar.

“Muchos de nuestros clientes son mujeres solteras que trabajan”, explica Wang Fei-Chen, director co­mercial del departamento de comi­da fresca en 7-Eleven de Taiwán.

Yen-Fen Tseng, profesora de so­ciología en la Universidad Nacional de Taiwán, dice que los minisuper­mercados son populares porque se han arraigado como parte de las co­munidades en todos los barrios.

“Las tiendas convenientes fun­cionan como una entrada a la comu­nidad”, afirma. “Son comparables al templo del pueblo en el pasado”.

Cualquiera que sea el motivo, son fenómenos culturales arraigados que resuenan. Un video de Family Mart de Taiwán de niños que pre­tenden trabajar como dependientes en estas tiendas alcanzó más de 2,5 millones de vistas.

Debido a la pasión por los mini­supermercados en Taiwán, se podría pensar que abrir un local de estos es lo suficientemente fácil. No obstan­te, ejecutivos del sector dicen que la competencia es feroz, los márgenes son estrechos y las innovaciones se copian rápidamente.

Hay una batalla constante para mantenerse al ritmo en cuanto a la oferta y la conveniencia. Cuan­do 7-Eleven Taiwán anunció que vendería televisores planos a la medida el año pasado, Family Mart rápidamente lanzó sus pro­pios aparatos.

Sin embargo, estos negocios tie­nen sus límites. “En un momento dado, ofrecimos sándwiches de de­sayuno al gusto preparados al mo­mento”, cuenta Alex Chao, gerente administrativo de la tercer mayor cadena de tiendas de conveniencia de Taiwán, Hi-Life. “Pero tuvimos que dejar de hacerlos. Fueron tan apetecidos que las filas se volvie­ron muy largas. Y entonces ya no era conveniente”.