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La búsqueda del código secreto del corretaje de alta frecuencia

  • 07 abril 2014 /

Los operadores de alta frecuencia usan poderosas computadoras para comprar y vender activos en los mercados y obtienen diminutas ganancias en cientos de miles de transacciones al día.

Arizona, Estados Unidos

El encuentro que desató el problema tuvo lugar en un monasterio en Florence, Arizona.

Hace siete años, un físico ucraniano que aspira a ser monje se reunió con un abogado de Milwaukee con el que empezó a planificar la formación de una firma cuyas ganancias, derivadas del corretaje de acciones de alta frecuencia, serían usadas en gran parte para fines benéficos.

El par, junto a un tercer fundador, bautizaron la empresa SXP Analytics LLC por Xenia, una santa de la iglesia ortodoxa rusa del siglo XVIII que regaló sus pertenencias a los pobres.

Hoy, los fundadores de SXP son acusados de robar pertenencias muy cotizadas: los algoritmos de una poderosa empresa de corretaje de alta frecuencia de Houston. Once meses después de la reunión en Arizona, más de 70 agentes del FBI allanaron las oficinas de SXP y las casas de sus empleados en siete estados, en las que
confiscaron computadoras, servidores y memorias flash.

El objetivo de la pesquisa era encontrar el código de computadora de la firma Quantlab Financial LLC. El recorrido de SXP de un monasterio ortodoxo griego de San Antonio a un tribunal federal de Texas ofrece un vistazo a un rincón inusual de la reservada industria de las operaciones de alta frecuencia y sus brillantes, y a veces excéntricos, habitantes. Este relato se basa en miles de páginas de documentos judiciales y archivos del FBI a los que tuvo acceso The Wall Street Journal y entrevistas con personas al tanto de las dos partes de la disputa.

Los operadores de alta frecuencia usan poderosas computadoras para comprar y vender activos en los mercados y obtienen diminutas ganancias en cientos de miles de transacciones al día. Dichas operaciones equivalen a la mitad del volumen transado en el mercado de acciones en EE.UU., estima la consultora Tabb Group.

Quantlab argumenta que los dos investigadores ucranianos que despidió en 2007 se llevaron algoritmos u otros códigos para usar en SXP. Un fiscal federal penal rehusó continuar la causa, pero Quantlab está presionando para que se lleve a cabo un proceso civil contra los fundadores de SXP, catalogando al código el “alma de Quantlab”.

En documentos judiciales, los fundadores dicen que no robaron ni usaron propiedad intelectual de Quantlab. El abogado de la firma acusadora, Tim McInturf, señala que los demandados “participaron en un robo masivo, subrepticio y sistemático de la propiedad intelectual de la compañía”. La demanda de Quantlab, que los abogados esperan llegue a juicio en 2015, es una de varias disputas de esta clase. Quantlab es una de las principales empresas en las operaciones de alta frecuencia, acaparando entre 1,9% y 3% del volumen diario de negociación en EE.UU., estima la firma de investigación ModernNetworks IR.

Cuando fue fundada en 1998 por Wilbur “Ed” Bosarge, Jr., de 75 años, y Bruce Eames, de 59 años, Quantlab era un fondo de cobertura. En busca de una nueva estrategia, la firma contrató en 2001 al matemático ucraniano Andriy Kuharsky, de 44 años. Dos meses después, Quantlab incorporó a Vitaliy Godlevsky, el físico ucraniano, también de 44 años.

Ninguno de los dos tenía experiencia en finanzas. Los ucranianos empezaron a trabajar en Quantlab durante el
inicio del auge de las operaciones de alta frecuencia y eran parte de un equipo que escribía algoritmos que usaba grandes cantidades de datos, como detalles de todos los precios de compra y venta de acciones en cualquier milisegundo, para predecir de precios a corto plazo.

Mediante el uso de “señales” en la información que permanecen ocultas para otros inversionistas, su código lograba ganancias diminutas en millones de transacciones diarias. Aunque la mayoría de los algoritmos de alta frecuencia usan estrategias similares, las empresas mantienen en secreto los detalles.

Jueces y abogados en los casos de Quantlab han llamado sus códigos la “piedra filosofal”. El equipo de investigación
modificó algoritmos durante los años siguientes, ajustando el código para ayudar a Quantlab a expandirse hacia nuevas clases de activos y mercados como los de Europa y Asia.

Godlevsky, quien emigró de Ucrania a EE.UU. en 1993, es un devoto de la Iglesia Ortodoxa quien desde hace tiempo tiene aspiraciones de ser monje.

Los algoritmos que él y Kuharsky ayudaron a escribir generaron ganancias enormes, dijeron los dos en documentos judiciales. Con un capital inicial de casi US$1,5 millones, Quantlab facturó cientos de millones de dólares entre
2001 y 2007, dijeron. Quantlab declinó revelar detalles financieros de la firma y sus fundadores.

Los investigadores sintieron que no estaban recibiendo lo que les correspondía de las nuevas ganancias. Sus salarios no superaban los US$100.000 al año y sus bonificaciones llegaron a los cientos de miles de dólares algunos años, según documentos judiciales. Alrededor de 2006 empezaron a preguntarles a sus jefes sobre planes de remuneración y a cuestionarles asuntos operacionales.

En marzo de 2007, Quantlab despidió a los dos por insubordinación y por perturbar el trabajo de otros, dice McInturf, el abogado de la firma. En documentos judiciales, el par ha negado la insubordinación y perturbación diciendo que no sabían a ciencia cierta la razón de sus despedidos.

El mes siguiente, Godlevsky hizo su visita habitual al monasterio de San Antonio. Un sacerdote le presentó a Emmanuel Mamalakis, de 38 años, un ex abogado litigante de valores. Hablaron de crear una firma de corretaje de alta frecuencia y de donar parte de las ganancias de Godlevsky.

Quantlab empezó a sospechar que los dos despedidos planeaban fundar una empresa y usar sus algoritmos. En junio de 2007, los demandó ante un tribunal civil del Condado de Harris, Texas, para impedir que usaran el código.

Godlevsky, Kuharsky y Mamalakis dijeron en documentos judiciales que no robaron o usaron propiedad intelectual de Quantlab. Los ucranianos enviaron una carta a su ex firma pidiendo US$25 millones cada uno, con el argumento de que merecían ese monto de capital de la empresa, según documentos judiciales. Quantlab consideró la solicitud como extorsión Godlevsky, Mamalakis y Kuharsky formaron SXP en julio de 2007. Contrataron matemáticos y científicos informáticos, con planes de basar los algoritmos en nuevos indicadores y negociar en mercados como Brasil.

Conflictos internos en SXP se sumaron a las preocupaciones de Quantlab. Kuharsky renunció en 2008 contrariado con el tono religioso en SXP y, bajo un seudónimo, envió un correo electrónico a Quantlab denunciando que SXP estaba usando código de Quantlab, según documentos judiciales. Kuharsky luego cambió su versión, diciendo que era un intento por acabar la disputa con su antiguo empleador.

En febrero de 2008, Quantlab se quejó ante el FBI, que allanó las oficinas y las casas de los empleados de SXP.

Cuando los agentes entrevistaron a Kuharsky, el matemático reconoció que el código de Quantlab estaba en su computadora desde cuando trabajaba remotamente, pero negó haberlo robado o usado para negociar. “Kuharsky declaró reiteradamente que no podía entender por qué Quantlab se quejó ante el FBI si no había sufrido perjuicio alguno”, señala el informe del FBI.

McInturf, el abogado de Quantlab, no quiso opinar sobre investigadores privados, pero dijo que al tomar en cuenta todas las acusaciones, “uno esperaría que los abogados de Quantlab recomienden a la empresa seguir las acciones correspondientes para proteger sus activos clave”.

El tribunal del Condado de Harris desestimó las demandas de Quantlab tras el inicio de la investigación del FBI. En 2009, Quantlab demandó a Godlevsky, Kuharsky y Mamalakis en la corte del distrito sur del estado de Texas por violación de derechos de autor, apropiación indebida de secreto comercial y otras demandas civiles.

Godlevsky y Mamalakis siguieron operando su firma mientras que sus investigadores diseñaron algoritmos. SXP comenzó con un capital de inversión de US$1 millón y registró US$44 millones en ingresos durante tres años y medio, de acuerdo con documentos judiciales. En agosto de 2011, el tribunal de Texas dijo que no seguiría adelante con el caso penal, sin explicar la decisión.

SXP cerró sus puertas en 2012 después de que Godlevsky acusó a Mamalakis de malversación de fondos.

Mamalakis niega las acusaciones de fraude y dice que SXP donó varios millones de dólares a “iglesias, refugios para mujeres golpeadas y clínicas de rehabilitación de drogas”, entre otros organismos sin fines de lucro.

La demanda federal de Quantlab busca prohibir al par usar código de Quantlab y pide una indemnización no especificada.

Godlevsky vive en las afueras de Milwaukee, tratando de ganarse la vida escribiendo código, mientras cría pollos y abejas y cuida de un cultivo de manzanas, dijo en una audiencia de octubre. “Contribuí a hacer multimillonarios en Quantlab de la nada”, dijo, “y personalmente estoy en la quiebra”.

Kuharsky fundó otra compañía en 2012, que según él está a punto de cerrar. El matemático dice que no puede encontrar trabajo porque los empleadores se preocupan de que Quantlab los cite judicialmente. “Me paso el día escribiendo código, pero no sé si alguna vez será usado”.