La petrolera francesa Total, a la cabeza de un consorcio internacional con presencia china, firmó este lunes un acuerdo para invertir en Irán, un desafío a Estados Unidos que ha decidido reforzar las sanciones económicas al país.
El acuerdo, valorado en 4.800 millones de dólares, y con la participación de la compañía china CNPCI, permitirá explotar un importante campo de gas.
El grupo francés se convierte así en el primer grupo petrolero occidental en volver a invertir en Irán desde el acuerdo histórico de julio de 2015 sobre el programa nuclear iraní.
Ese pacto entre Teherán y las grandes potencias (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) levantó gran parte de las sanciones internacionales y permitió a las compañías extranjeras, desde enero de 2016, volver a invertir en el país.
El gobierno del presidente Hasán Rohaní quiere relanzar la economía y atraer inversiones extranjeras al sector energético para desarrollar numerosos proyectos gasísticos, petroleros y petroquímicos.
La firma del acuerdo llega pocos días después de una gira en Europa del ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, que el viernes fue recibido por el presidente francés Emmanuel Macron en París.
Zarif también fue recibido por el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier y por el primer ministro italiano Paolo Gentiloni.
Frente a la hostilidad de la administración estadounidense, Irán está intentando reforzar sus relaciones con la Unión Europea. 'A pesar de la hostilidad irracional de Estados Unidos, la Unión Europea sigue comprometida con el acuerdo nuclear y el entendimiento constructivo' con Irán, tuiteó Zarif al final de su gira europea.
'Éxito de Zarif en reclutar aliados en Europa', afirmó por su parte el periódico reformista Aftab.
Dificultades para invertir
Según el acuerdo, el consorcio que desarrollará el campo de gas Pars-Sud será propiedad de Total (50,1%), del grupo China National Petroleum Corporation (CNPCI, 30%) y del iraní Petropars (19,9%).
El acuerdo se firma pese a la hostilidad de la administración de Donald Trump, que denuncia el acuerdo nuclear de 2015.
A finales de junio, el senado estadounidense votó por amplia mayoría una nueva ley favorable a sancionar a Irán, acusado de 'apoyar actos terroristas internacionales'.