Nueva York, Estados Unidos.
Apple Inc. ha reunido una lista impresionante de bancos y emisores de tarjetas de crédito que apoyan su nuevo servicio de pagos móviles. Lo que necesita son más comerciantes y usuarios.
El gigante estadounidense espera que Apple Pay haga que la gente se olvide de sus billeteras y empiece a comprar con sus iPhones. El sistema se basa en una tecnología conocida como comunicación de campo cercano (NFC, por sus siglas en inglés), que no ha tenido una gran acogida entre los comerciantes.
Los negocios deben instalar un lector en las cajas registradoras para habilitar los pagos con sólo pasar el teléfono. Estos sistemas son usados hoy por menos de 10% de los comercios en Estados Unidos, según Mark Hung, analista de la firma de investigación Gartner.
Apple informó que a partir de octubre los propietarios de iPhones 6 en EE.UU. podrán usar Apple Pay en 220.000 locales, entre ellos los de McDonald’s Corp. y las tiendas por departamentos Bloomingdale’s y Macy’s. En comparación, la Asociación de Transacciones Electrónicas dijo que más de nueve millones de comerciantes en el país aceptan tarjetas de crédito y de débito.
“Apple ha buscado respaldo entre los bancos emisores, pero no entre los comerciantes”, dice Richard Crone, presidente ejecutivo de Crone Consulting, una firma de asesoría sobre pagos. “Muchos comerciantes que tenían la tecnología NFC la han desactivado”.
Por ejemplo, la cadena estadounidense de electrónicos Best Buy Co. instaló en muchas de sus tiendas escáneres con capacidad NFC, pero los desactivó en 2011 porque su costo de mantenimiento era demasiado alto, indicó la empresa. El minorista no tiene planes de cambiar de curso.
Los pagos móviles han sufrido el problema del huevo y la gallina. Los comerciantes más pequeños han sido renuentes a instalar el sistema, que puede costar entre US$300 y US$500 por aparato, debido a que pocos consumidores lo utilizan. Además, las comisiones pueden ser más altas que las que pagan por las tarjetas, dice Crone.
Apple, no obstante, tiene buenos antecedentes en el terreno de ayudar a masificar tecnologías o servicios existentes. Lo hizo con la tecnología de pantallas sensibles al tacto cuando diseñó el iPhone original. También popularizó la descarga legal de música cuando creó iTunes y permitió que los consumidores compraran canciones por separado, en lugar de un álbum completo.
La tecnología NFC ya tiene más de una década y ha sido promovida como la forma ideal para permitir los pagos móviles. Google Inc. lanzó en 2011 Google Wallet, un servicio de pagos instalado en muchos de los teléfonos que usan su sistema operativo Android, pero la iniciativa no ha despegado.
Apple incursiona en el negocio de los pagos móviles en un momento oportuno. Las redes de tarjetas de crédito ejercen presión para que los minoristas instalen terminales de pago que acepten tarjetas que llevan un chip. Si no lo hacen, los comerciantes, no lo bancos, serán responsables por cualquier fraude que se cometa con estos instrumentos a partir de octubre de 2015.
En el proceso de actualizar los terminales, muchos negocios también incluirán el lector que no necesita contacto con las tarjetas y de esa forma quedarán habilitados con la tecnología de pago NFC.
El interrogante es si Apple logrará que los minoristas activen sus máquinas NFC.
Silvio Tavares, presidente ejecutivo de CardLinx Association, un grupo de la industria de pagos, dice que Apple se ha asociado con comerciantes con el fin de lograr que se acostumbren a pagar con un iPhone o un Apple Watch. “Se empieza a crear la costumbre y eso luego forja el punto de inflexión”, afirma Tavares. “Si hay alguien que lo puede hacer, es Apple”.
Apple Inc. ha reunido una lista impresionante de bancos y emisores de tarjetas de crédito que apoyan su nuevo servicio de pagos móviles. Lo que necesita son más comerciantes y usuarios.
El gigante estadounidense espera que Apple Pay haga que la gente se olvide de sus billeteras y empiece a comprar con sus iPhones. El sistema se basa en una tecnología conocida como comunicación de campo cercano (NFC, por sus siglas en inglés), que no ha tenido una gran acogida entre los comerciantes.
Los negocios deben instalar un lector en las cajas registradoras para habilitar los pagos con sólo pasar el teléfono. Estos sistemas son usados hoy por menos de 10% de los comercios en Estados Unidos, según Mark Hung, analista de la firma de investigación Gartner.
Apple informó que a partir de octubre los propietarios de iPhones 6 en EE.UU. podrán usar Apple Pay en 220.000 locales, entre ellos los de McDonald’s Corp. y las tiendas por departamentos Bloomingdale’s y Macy’s. En comparación, la Asociación de Transacciones Electrónicas dijo que más de nueve millones de comerciantes en el país aceptan tarjetas de crédito y de débito.
“Apple ha buscado respaldo entre los bancos emisores, pero no entre los comerciantes”, dice Richard Crone, presidente ejecutivo de Crone Consulting, una firma de asesoría sobre pagos. “Muchos comerciantes que tenían la tecnología NFC la han desactivado”.
Por ejemplo, la cadena estadounidense de electrónicos Best Buy Co. instaló en muchas de sus tiendas escáneres con capacidad NFC, pero los desactivó en 2011 porque su costo de mantenimiento era demasiado alto, indicó la empresa. El minorista no tiene planes de cambiar de curso.
Los pagos móviles han sufrido el problema del huevo y la gallina. Los comerciantes más pequeños han sido renuentes a instalar el sistema, que puede costar entre US$300 y US$500 por aparato, debido a que pocos consumidores lo utilizan. Además, las comisiones pueden ser más altas que las que pagan por las tarjetas, dice Crone.
Apple, no obstante, tiene buenos antecedentes en el terreno de ayudar a masificar tecnologías o servicios existentes. Lo hizo con la tecnología de pantallas sensibles al tacto cuando diseñó el iPhone original. También popularizó la descarga legal de música cuando creó iTunes y permitió que los consumidores compraran canciones por separado, en lugar de un álbum completo.
La tecnología NFC ya tiene más de una década y ha sido promovida como la forma ideal para permitir los pagos móviles. Google Inc. lanzó en 2011 Google Wallet, un servicio de pagos instalado en muchos de los teléfonos que usan su sistema operativo Android, pero la iniciativa no ha despegado.
Apple incursiona en el negocio de los pagos móviles en un momento oportuno. Las redes de tarjetas de crédito ejercen presión para que los minoristas instalen terminales de pago que acepten tarjetas que llevan un chip. Si no lo hacen, los comerciantes, no lo bancos, serán responsables por cualquier fraude que se cometa con estos instrumentos a partir de octubre de 2015.
En el proceso de actualizar los terminales, muchos negocios también incluirán el lector que no necesita contacto con las tarjetas y de esa forma quedarán habilitados con la tecnología de pago NFC.
El interrogante es si Apple logrará que los minoristas activen sus máquinas NFC.
Silvio Tavares, presidente ejecutivo de CardLinx Association, un grupo de la industria de pagos, dice que Apple se ha asociado con comerciantes con el fin de lograr que se acostumbren a pagar con un iPhone o un Apple Watch. “Se empieza a crear la costumbre y eso luego forja el punto de inflexión”, afirma Tavares. “Si hay alguien que lo puede hacer, es Apple”.