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Puntos a favor y en contra de emitir un billete de L100

  • 08 septiembre 2015 /

Historia y estimaciones sobre una emisión de un billete de mil lempiras

Tegucigalpa, Honduras.

En 1957 el Banco Central de Honduras (BCH) emitió el billete de L 100. Cuarenta años después introdujo el billete actual de L 500, en 1997.

Recientemente, se ha sugerido contar con un billete de L 1,000 dentro del cono monetario, propuesta a la que se da algunas consideraciones.

Actualmente se mantienen en circulación monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 centavos. En billetes, las denominaciones son de 1, 2, 5, 10, 20, 50, 100 y 500 lempiras.

Se manejan dos criterios para incrementar la denominación máxima existente: aumentarla, cuando su participación en el saldo en circulación supera el 60% y cuando queda por debajo de cinco veces el salario diario promedio.

Resolver este asunto, va más allá que atenerse a un par de parámetros preestablecidos.

Entre las variables a considerar en un aumento en la denominación o cambios en la estructura interna del cono monetario están: el volumen de transacciones (el PIB a precios de mercado); el índice de inflación (el Índice de Precios al Consumidor, IPC); la población general y la económicamente activa; el nivel de las tasas de interés pasivas; los cambios tecnológicos y los instrumentos que sustituyen el uso del dinero (comercio electrónico, dinero plástico, cajeros automáticos, etc.) y la sustitución monetaria (dolarización parcial).

A partir de 2009 se suspendió la publicación de Emisión Nuevas Especies por denominación y no existen estadísticas del saldo de la emisión para el cono monetario.

En base a los datos del BCH y la CNBS se pueden hacer estimaciones a favor del billete de 500 y de la emisión de uno de mil lempiras.

A favor de mantener el billete máximo de L500:

· De 1998 a 2014, la relación emisión monetaria respecto al PIB se mantuvo invariable en alrededor de 6%.

· A diciembre de 2014 en moneda extranjera los depósitos alcanzaron 30.5% y los préstamos 29.5%.

· Los depósitos en cuenta de cheques entre 1998 y 2014 se redujeron en 50%.

· Al 30 de junio de 2015 había 838,077 tarjetas de crédito, 77% con límites de endeudamiento entre L 10,000 y más de L2,000.000. Al 31 de mayo de 2015 se habían realizado 22,997,121 transacciones con tarjetas de débito y cajeros automáticos.

· Había 3,132 puntos de servicio de las entidades financieras a diciembre de 2014.

· Desde el año 2006, ACH Pronto otorga servicios de crédito y débito que reducen sustancialmente el uso de efectivo.

A favor de emitir el billete de L1,000:

· Con un IPC acumulado de 280 con base 1999=100, un billete de L 500 equivalía a diciembre de 2014 L 178.50.

· L 500 valían en el 2000, US$ 33.33; en diciembre de 2014 US$ 22.72.

· En 1997 el billete de L 100 significó 16%, y el billete de L 50 62% de la Emisión de Nuevas Especies. En 2008 el billete de L 500 representó el 71% y el billete de L 100, 12%.

· El salario promedio diario es de L 161.5 (INE, 2013). Por consiguiente, multiplicado por cinco, alcanzaría L 807.50. L 1,000 sería la denominación más cercana.

· Un volumen de transacciones entre L 100 y L 10,000, teniendo en cuenta las denominaciones de L 500 y L 100 versus un escenario hipotético con L 1,000, L 500 y L 100 arroja un ahorro de 35% en el total de transacciones.

· A diciembre de 2014, las tasas ponderadas de interés sobre operaciones pasivas fue de 7.11%.

· Para el BCH habría ahorro en la importación de especies.

· Para los bancos se dispondría de mayor espacio de almacenaje en bóvedas y cajeros automáticos; se facilitaría el manejo y traslado; y habría reducción de tiempo en clasificar y contar dinero así como atender al público.

· Para el público reduciría el tiempo en transacciones; la inseguridad por el tamaño de los fajos y los problemas con el nervio ciático.

Cinco requisitos claves

1. Consultar la opinión de los banqueros.

2. Conocer la opinión del público. 3. Formular estudio de demanda por preferencia de la denominación de L 1000.

4. Formular un estudio en relación a evaluar la estructura actual del cono monetario.

5. Prever mayores medidas de seguridad para evitar falsificaciones.